Por: Francisco Luciano
El mundo está al tanto de la situación tensa que vive Venezuela, luego de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio 2024. Los puntos son los siguientes:
a) El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, CNE, declaró ganador con el 51.2% de los votos al actual presidente y candidato a la reelección Nicolás Maduro.
b) La oposición ha denunciado fraude en el acto.
c) La comunidad internacional, así como el cuerpo de observadores presentes durante el proceso de votación, han solicitado la publicación de las actas de votación para revestir de la necesaria transparencia un proceso en que votó el 59% de los ciudadanos registrados.
d) La oposición dice tener un 80% de las actas y asegura disponer de una ventaja insalvable.
e) El presidente Nicolás Maduro a incoado un proceso por ante el Tribunal de Elecciones con la finalidad de que se proceda a convocar a todos los partidos, cotejar los resultados.
Más allá de las opiniones y versiones interesadas de uno y otro lado, esa es la realidad monda y lironda que hoy se vive en ese país, donde cada uno reclama haber ganado y eso es imposible.
Dentro del cuadro descrito llama la atención el brusco cambio en la posición de los Estados Unidos frente al proceso venezolano, pues mientras en principio se mostró cauto y reclamó la publicación de las actas de votación, este jueves primero de agosto se destapa reconociendo al candidato presidencial de la oposición venezolana, Edmundo González, como ganador de las elecciones presidenciales del país.
Lo lamentable es que esto ocurra cuando existe prácticamente un consenso para verificar las actas de votación y después que el Consejo Nacional Electoral venezolano ha dicho que las dará a conocer y publicará dentro del plazo establecido en la Ley Electoral de ese país.
El anuncio de los Estados Unidos podría tener como propósito oxigenar a la oposición para que no se disgregue, y como mecanismo para generar un escenario de mejores condiciones para negociar concesiones en beneficio del sector opositor, en caso de que finalmente en el CNE se ratifiquen los resultados preliminares que indican a Nicolás Maduro como ganador.
Por otro lado, no sería la primera vez que Estados Unidos reconozca como presidente de Venezuela a una figura diferente a la proclamada por el órgano electoral venezolano, ni habría de extrañar que un conjunto de países alineados a sus dictados también lo hagan.
Lo que resultaría interesante es identificar cual artículo de la Constitución venezolana otorga facultades de árbitro a Estados Unidos en los asuntos de ese país y si esa decisión contribuye a que bajen las tensiones y la armonía de Venezuela
La salida tiene que ser consensuada. El camino es verificar y cotejar las actas contentivas de los resultados, en el marco del dialogo y con el debido acompañamiento de veedores previamente aceptados por las partes, y una vez establecida la verdad el que ganó, ganó.
El autor es docente universitario y dirigente político
No hay comentarios:
Publicar un comentario