La sed de justicia debe saciarse

Por Francisco Luciano Opinión Si bien es cierto que la corrupción como conducta humana no es un fenómeno nuevo, ni exclusivo de la sociedad dominicana, se hace necesario avanzar en la dirección de prevenirla y castigarla de manera ejemplar. En otras palabras que existan corruptos no es el problema, el verdadero problema es que se les trate de manera impune. En el caso dominicano, la preocupación de algunos por el castigo y la persecución contra la corrupción parece centrarse de manera exclusiva en el caso Odebrescht , como si fuera la única situación manifiesta de corrupción en nuestro país y habría que preguntarse, ¿Si el soborno y la evasión fiscal no tienen el mismo efecto al momento de generar inequidad social? ¿O si la sobrevaluación de obras públicas y la venta de productos vencidos o a sobreprecios no tienen el mismo efecto dañino en perjuicio de la sociedad?