Por
Manuel Hernández Villeta/ A Pleno Sol
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Opinión |
El sistema penitenciario nacional
siempre ha estado salpicado por la brutalidad y la corrupción. Solo sirve para
meter a violadores de las leyes tras las rejas, sin darle la oportunidad de la
rectificación de conductas. De ahí, que no es la pocilga que son las cárceles
que falla, sino la metodología en el trato de los prisioneros.
Hay
en algunos penales un nuevo sistema carcelario, que plantea la orientación de
los internos, para lograr su reinserción en la sociedad, cuando paguen por sus
pecados. Sin embargo, todavía la implementación masiva de esa idea de presidios
se queda en el diseño y hay mucho que trabajar.
Ahora se está construyendo una
nueva victoria. La vieja Penitenciaria Nacional de La Victoria será demolida
oportunamente, y los reclusos se irán a una estructura moderna. Las autoridades
deben tener en cuenta que no son las mugrientas paredes que fallan, sino la
conducción humana.
La podredumbre que hay en La
Victoria se debe quedar en el viejo local. Las aberraciones de las viejas
instalaciones tienen que ser pulverizadas. No es llevar reos con la costra
del crimen sin arrepentimiento y autoridades sumergidas en la corrupción, es
implementar nuevos programas de trabajo y orientación.
Lo primero es cambiar totalmente
a las autoridades que estarán a cargo de la vigilancia y el control del penal.
Es evitar que reos se declaren dueños de pabellones y lleguen a tener tanta o
más fuerza que los vigilantes. Si solo se piensa en construir y
levantar una mole de cemento, y se sigue por la vieja senda de la
improvisación, la nueva victoria arrastrará todas las lacras y podredumbres de
la edificada en la dictadura de Trujillo.
Llama la atención la preocupación
de los moradores de La Victoria, por el traslado de la cárcel. Desde ya las
autoridades tienen que pensar que se va a hacer con el terreno que ocupa la
cárcel de La Victoria, desde el momento que salgan los reos.
Las autoridades deben comprender
que si bien es importante una nueva cárcel física, lo trascendental
es mejorar la prisión mental, moral y
administrativa. Hay que eliminar todas las lacras y podredumbres que adornan el
sistema carcelario dominicano, y hacerlo más humano y que cumpla con el papel
de la reinserción social de los reos al cumplir su pena. ¡Ay!, se me acabó la
tinta.
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