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Imagen de archivo |
SANTO DOMINGO.- Fue dictada la pena máxima de 30 años de
prisión en contra de Juan Carlos Zapata Mendoza, (Kiko 7), luego que el
Ministerio Público demostrara que presuntamente le quitó la vida al joven Eddy
Manuel Peña Cabrera, a quien raptó en su lugar de trabajo, ubicado en el sector
de Gascue, y luego asesinó en la provincia de San Cristóbal, el 24 de julio de
2017.
Zapata Mendoza, quien deberá
cumplir la condena en la Penitenciaría Nacional La Victoria, además fue
sentenciado al pago de una indemnización de 10 millones de pesos a favor de las
víctimas y 30 salarios de multas al Estado dominicano.
La Fiscalía del Distrito Nacional
otorgó al caso la calificación jurídica de asesinato, robo agravado y porte
ilegal de arma de fuego, delitos previstos y sancionados en los artículos 295,
296, 297, 302, 379 y 382 del Código Penal Dominicano, así como en los artículos
66 y 67 de la Ley No. 631-16 sobre Armas, Municiones y Materiales Relacionados.
Durante el juicio de fondo, que se
conoció en el Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, las fiscales litigantes
Rosa Alba García y Aleika Almonte, aportaron diversas pruebas que demostraron
la culpabilidad de Zapata Mendoza en la comisión de los hechos que dieron al
traste con la vida de Peña Cabrera, una acción que produjo gran pesar y
conmovió profundamente a todo el país.
A través de un comunicado de
prensa, el Ministerio Público afirmó que se mantienen firme en la lucha contra
el crimen, resaltando la labor y los esfuerzos desplegadlos para lograr que al
inculpado del asesinato le fuera impuesta la pena máxima establecida para estos
casos en las leyes del país.
La nota destaca que después de
comprobarse los graves hechos, los jueces Ingrid Fernández, Delio Germán y
Raymundo Mejía dictaron la sentencia condenatoria a la pena máxima, tal y como
fue solicitado por el Ministerio Público.
La acusación establece que el
delito por el que Zapata Mendoza fue condenado a prisión, ocurrió en horas de
la mañana del indicado día, cuando éste se presentó al establecimiento de
rentar automóviles donde laboraba la víctima Peña Cabrera, y una vez allí le
encañonó, le amarró las manos y lo introdujo en la yipeta propiedad del occiso,
siendo esto captado por las cámaras de seguridad de la zona.
Señala que el acusado se marchó con
el joven rumbo a la provincia San Cristóbal, donde lo asesinó, disparándole en
el rostro con el arma de fuego que portaba de manera ilegal. Luego de cometer
el crimen, Zapata Mendoza sustrajo la yipeta de la víctima y huyó a la ciudad
de Santiago, donde incineró y dejó abandonado el vehículo en un solar baldío,
conforme expusieron en audiencia las fiscales Rosa Alba García y Aleika
Almonte.
Las investigaciones del caso
realizadas por el órgano persecutor, a cargo del procurador fiscal investigador
Miguel Crucey, arrojaron que el móvil del suceso fue un conflicto que
anteriormente se produjo entre el padre de la víctima y el acusado, quien era
su exempleado y había cometido un robo en su perjuicio.
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