Jorge Subero Isa |
El
jurista dijo que por cinco ocasiones le había presentado la renuncia al
exmandatario y este se negó a aceptarla diciéndole que él era necesario para
las reivindicaciones que demandaba el sistema judicial.
Dijo que
durante su gestión de 14 años presidiendo la SCJ logró la independencia total y
absoluta de todos los poderes, y sobre todas las cosas del sector empresarial,
que según sus palabras “trata de influir bastante en la administración de
justicia”. Afirmó que entendía que faltaba algo más que la independencia porque
la Justicia sigue siendo mala y deficiente.
Al ser
entrevistado por la abogada Lenis García en su programa “Opiniones”, Subero Isa
puntualizó que hacía falta una segunda ola de reforma judicial que lograra
mayor acceso de la población a la justicia.
El
destacado abogado habló en esos términos al explicar porqué no aceptó la
postulación para asumir la presidencia del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Aclaró que no se dieron las condiciones que él requería que eran la anuencia de
todos los partidos políticos y los movimientos sociales sin condicionamiento e
independencia total en el cumplimiento de sus funciones.
Reelección
y Ley de Partidos
En otro
orden, el exmagistrado aseguró que el Tribunal Constitucional (TC) podría
interpretar la Constitución y, amparándose en los principios de igualdad y
favorabilidad, establecer que el presidente de la República se reelija sin
necesidad de convocar la Asamblea Nacional para modificar la Carta Magna.
Expresó
que el presidente es el único funcionario que no puede reelegirse según lo
establece la Constitución, en tal sentido destacó que en otros países de
América se ha hecho lo mismo como en Ecuador para favorecer a Rafael Correa.
Asimismo,
al cuestionarle sobre la anhelada Ley de Partidos Políticos argumentó que no se
va a aprobar, “y no va a pasar nada”. No obstante, manifestó que de aprobarse
sería una legislación que responderá a los intereses del sector
gobernante.
Señaló
que la decisión del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana
(PLD) de consultar un grupo de juristas para determinar la constitucionalidad
de establecer primarias abiertas y simultáneas es un irrespeto al TC, que está
facultado debe decidir sobre ese asunto.
En el
programa que se transmite los domingos de 6:00 de la tarde a 7:00 de la noche
por RNN canal 27, Subero Isa indicó que las instituciones del país están
corrompidas y el resultado se observa con casos como el del asesinato del
abogado Yuniol Ramírez, perpetrado por empleados de la Oficina Metropolitana de
Servicio de Autobuses (OMSA) por supuesta extorsión, o en la fuga de Pedro
Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito), quien tras ser favorecido con prisión
domiciliaria fingió su muerte y se escapó del país, según informó el Ministerio
Publico.
Expresó
que el caso Quirinito “es la versión más acabada de los niveles de complicidad
en una sociedad corrompida como la dominicana”. Mientras que sobre el asesinato
del abogado Yuniol Ramírez sostuvo que este caso, al igual que otros que se han
suscitado en el país, tiene una causa común: el desorden y los niveles de
complicidad, reiteró.
“Si en
República Dominicana no existieran los niveles de complicidad existentes y no
hubiese un desorden tan grande a todos los niveles ninguno de esos casos se
hubiese producido. Y se van a seguir produciendo porque es una cadena. En vez
de haber medidas de coerción, prohibitivas y persuasivas dejamos que las cosas
sucedan.
Además,
hay niveles de corrupción profundos”, reflexionó el abogado.
Subero
Isa abogó por un régimen de consecuencia que castigue severamente a quienes
incurran en actos de corrupción, soborno y otros tipos de delitos. Dijo que no
solo el Gobierno y el Poder Judicial son responsables de estos casos, sino
todos los sectores del país, incluyendo a su órgano principal: la familia. Dijo
que el núcleo familiar se ha resquebrajado y que los padres no asumen el rol de
guías que le corresponde.
El
destacado abogado reconoció ser pesimista sobre el futuro de la nación.
Consideró que hace falta autoridad y respeto. “No hay ninguna razón para yo
sentirme optimista de que mis nietos vivirán en un país mejor”, se lamentó.
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