Politica, economía

lunes, marzo 07, 2016

Lula se confiesa culpable

Por Francisco Luciano
Opinión
Al revisar el balance de los gobiernos de Lula Da Silva, encontramos hechos coherentes y concordantes que nos conducen a pruebas irrefutables de que es culpable de los siguientes delitos:

1.-Haber convertido a Brasil en un país desarrollado, conduciéndolo a una posición de liderazgo mundial,  en perjuicio de los intereses del capitalismo de casino que impulsan los Estados Unidos. Al promover  y articular el grupo BRIC,  integrado por Brasil, Rusia, India y China,  para promover relaciones comerciales  y culturales  entre los países más pobres del mundo impulsando el incremento en el uso de   tecnologías que empujan a mejorar los procesos de  producción y servicios de los países, al margen  del tutelaje yanqui.

2.- Lula es culpable de haber demostrado que un simple obrero con conciencia y coraje, puede tener la visión para generar políticas públicas inclusivas que sirvan de modelo para reducir la pobreza al resto de los países.

3. También lo hemos encontrado culpable de haber sacado de la pobreza a más de 28 millones de ciudadanos en su país, de haber transformado la educación pública y de haber financiado con becas para cursar estudios universitarios a miles y miles de jóvenes brasileños que hoy son técnicos y profesionales que contribuyen con sus conocimientos al Brasil posible.

4.-Es doblemente culpable de haber promovido y agenciado el derecho de propiedad de 17 millones de seres humanos de las favelas y de haber llevado allí la esperanza con una drástica reducción de los niveles de pobreza y delincuencia.

5-Lula es culpable de asesinar el desempleo en su país con la creación de millones de puestos de trabajo para sus conciudadanos.

6- También es culpable, con pruebas fehacientes, consistentes y concordantes  por haber pasado a Brasil de país deudor a país acreedor del FMI, con lo cual aumentó la confianza y  colocó a su país como uno de los principales financiadores de proyectos de infraestructura en el continente, quitándole espacio  y  mercado a las empresas estadounidenses y europeas y eso, eso sí que no se puede perdonar.

7.- Lula es un ladrón de marca mayor, pues se robó  con sus acciones  de buen gobierno el corazón de la mayoría de los brasileños,  que a dos años  para las elecciones expresan su intención de elegirlo presidente, si decide ser candidato en 2018.

8.-Lula ha cometido el delito de complicidad y conspiración internacional,  pues desde que se instaló en el poder se convirtió en uno de los principales promotores  para concretizar del MERCOSUR, un modelo de intercambio económico y comercial donde todos los países miembros  son iguales sin importar su tamaño.

9—Lo hemos encontrado culpable de financiar demasiadas inversiones en Cuba,  un país al  que los Estados Unidos declararon en el ostracismo por no  servir a sus intereses.   Lula, el  fastidioso obrero presidente violó el bloqueo a Cuba.

10.- Por ser amigo de Evo, Correa, Chávez, Maduro, Cristina, Ortega, Funes, Fidel, Raúl y otros rebeldes y disidentes amigos de la clase obrera, de los campesinos y los estudiantes pobres del continente, Lula es culpable.

11.-Por haber criticado al sistema financiero internacional y al Gobierno de los EEUU en particular: frente a la crisis del 2008, usando los siguientes términos:

"Nosotros limpiamos nuestra casa. Ellos no. Pasaron las tres últimas décadas diciéndonos que necesitábamos hacer nuestra tarea. Ellos no la hicieron. No quiero ser verdugo de Bush, pero necesito saber cómo debo programarme. (Los países ricos) necesitan asumir su responsabilidad (pues los países pobres) no pueden convertirse en las víctimas del casino instituido por la economía estadounidense."

Nosotros, los hombres y mujeres progresistas del mundo y con el consentimiento del propio acusado,  Lula Da Silva, quien lejos de renegar  de los hechos enunciado  en el presente escrito y otros muchos que faltan, declaramos a Lula: Culpable y le condenamos  continuar ayudando, cada vez más,  a construir un Brasil, con menos pobreza y más exclusión social.

El autor es catedrático y dirigente del PTD.

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