Por: Victor Mateo
Opinión |
Maestro
entre maestro, el estirpe de Juan Bosch no solo se puede valorar desde lo
político, sino desde lo académico, cultural y social. El profesor –como por
respeto y admiración se le llama- se convirtió en un “sociólogo empírico”, como
si se tratara de un alumno destacado que estudió y se formó en una de las
mejores universidades del mundo.
Su mejor aula fueron los libros, pues el profesor fue auto didacta, es decir, se educó y formó por cuenta propia.
Su mejor aula fueron los libros, pues el profesor fue auto didacta, es decir, se educó y formó por cuenta propia.
Sin
embargo, hablar de la vida de Juan Bosch requiere de años y decenas de textos,
pero el interés inmediato del autor no es ese. Este artículo pretende llamar la
atención de todos aquellos que se consideran seguidores de sus opiniones, de su
doctrina, de su conducta, de su trabajo social y político, ya que de no ser
así, nadie jamás podría entender su legado.
Para
nadie es un secreto que los partidos PRD-PLD hace tiempo que dejaron de ser lo
que el profesor tanto ideó, pero eso no quiere decir que todo aquel que se
sienta bochista no pueda defender su obra, la misma que decidió compartir con
nuestro patricio Juan Pablo Duarte. Aquella faena que tanto le costó por creer
en ideales independentistas de toda nación extranjera, y que aún la sociedad
dominicana no ha sabido pagarle.
Se
avecinan elecciones complejas para el país. Retomamos el modelo de 1994, en el
que no solo será escogido el Presidente de la República, sino todos los demás
cargos electivos. Ante dicha situación, los peledeístas no deben darse el lujo
de faltarle al país, ni a la Patria, con hechos bochornosos como los
acontecidos el pasado 13 de diciembre de 2015, en el que hubo decenas de
heridos y dos personas lamentablemente perdieron la vida en cuestiones sin
precedentes a lo interno de nuestra organización.
El
compañerismo impregnado por Bosch en aquel simple lema que actividad tras
actividad, previo al inicio formal de la misma, el PLD reunido con puño cerrado
exclama con fortaleza “servir al partido para servir al pueblo”, no puede
volver a ser traicionado por ningún peledeísta, mucho menos por el mínimo
militante de un partido ideado, creado y formado por un gran hombre, el
profesor Juan Bosch.
Recordemos,
pues, compañeros, aquella frase de nuestro maestro cuando dijo: “Nadie se muere de verdad si
queda en el mundo quien respete su memoria”.
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