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Miguel Vargas Maldonado |
Vargas Maldonado hizo el anuncio este lunes mediante
una alocución dirigida al país a través de una cadena de radio y televisión.
Dijo que decidió posponer sus aspiraciones presidenciales en vista de la dispersión en que se encuentra la oposición política y lo difícil que sería en estos momentos asumir la primera magistratura del Estado, e implementar un proyecto de nación.
"Estoy
seguro de que estamos haciendo lo que tenemos que hacer, lo que debemos hacer,
en beneficio del porvenir luminoso de todos los dominicanos", afirmó el presidente del PRD.
El dirigente político dijo que propuso al
primer mandatario de la nación un conjunto de propuesta tendente al desarrollo
del país tales como la construcción de viviendas, el pacto eléctrico,
construcción de un ferrocarril, la Ley de Partidos Políticos y Ley Electoral entre
otras.
Pueblo dominicano.
Compañeras
y compañeros.
Muy
buenas noches.
Comparezco
hoy ante el país para reafirmar mí sagrado compromiso y el de nuestro partido,
con el bienestar, la prosperidad y los mejores intereses nacionales.
Me dirijo
a ustedes con el propósito de informar a los dominicanos y a la familia
perredeísta, sobre una decisión estratégica de gran trascendencia histórica,
que va a definir el porvenir de la República Dominicana: El presidente Danilo
Medina me propuso, y por mi intermedio, al Partido Revolucionario Dominicano,
un acuerdo político para un “Gobierno Compartido de Unidad Nacional”.
Hace
algunos meses, el PRD presentó mi candidatura presidencial. Desde entonces
hemos recorrido el país para llevar a cada rincón un mensaje que todo
perredeísta quiere escuchar: que el PRD llegue al poder para resolver los
grandes problemas que afectan a nuestra gente.
Poco
después, invitamos al pueblo dominicano a que nos hiciera saber sus
necesidades, sus inquietudes, sus propuestas. Los dominicanos aceptaron con
entusiasmo y nos hablaron a través del movimiento social #Dímelo.
Fueron
miles los que nos expresaron, básicamente, dos cosas: Una, que en nuestro país
aún persiste la exclusión. Y la otra, que para lograr la inclusión, los dominicanos
necesitamos una gran unidad.
Con el
oído puesto en el corazón de nuestro pueblo, y con toda responsabilidad,
llegamos a la conclusión de que en este momento es más viable alcanzar esa gran
unidad, en torno a la figura del actual presidente de la República, Licenciado
Danilo Medina.
Con el
propósito de impulsar esa idea de unidad, en octubre del 2012, mucho antes de
que el presidente Medina nos planteara este Acuerdo de Gobierno Compartido de
Unidad Nacional, ya habíamos propuesto la creación de un frente electoral
opositor, que denominamos Bloque de la Esperanza José Francisco Peña Gómez,
basado en una agenda común para hacer realidad un modelo de desarrollo
incluyente.
Aquella
propuesta fue bien acogida por algunos sectores políticos, y, lamentablemente,
vista con desdén y desprecio por otros opositores, actores también del proceso
electoral.
Esos
actores fueron, precisamente, aquellos que en 1996 se unieron a nuestros
contrarios, con el perverso argumento de que José Francisco Peña Gómez,
amenazaba las raíces de nuestra nacionalidad.
Son los
mismos individuos que en el 2008 atentaron contra mi candidatura presidencial e
impidieron el triunfo de nuestro partido.
Los
mismos que en el 2010 fueron los responsables de que el PRD no lograra ni un
solo senador, a pesar de haber sido el partido más votado.
Los
mismos que en el año 2011 trastornaron la voluntad de los perredeistas en la
convención interna, con la malsana intromisión de militantes de otros partidos,
evitando así que el PRD alcanzara el poder en el 2012.
Los
mismos que, luego de las elecciones del 2012, asaltaron y destruyeron nuestra
Casa Nacional, e intentaron, sin éxito, destruir al PRD.
Y son los
mismos que, en este 2015, rechazaron toda posibilidad de concertación con el
PRD para unificar a la oposición.
El
objetivo fundamental del PRD, desde su nacimiento, ha sido siempre promover las
reformas indispensables que necesitamos para mejorar nuestra calidad de vida.
Es por
eso que en esta oportunidad, ante la dispersión de las fuerzas opositoras, y a
sabiendas de que en el escenario electoral de hoy se hacía muy difícil una
victoria para lograr ese proyecto de nación que anhelamos, con toda
responsabilidad, como dominicano que soy, y como perredeísta, decidí posponer,
por ahora, mis aspiraciones, en aras de hacer realidad la agenda nacional que
presentamos al país.
En el
2013 acudimos al Palacio Nacional para llevar al Presidente de la República,
catorce propuestas, relacionadas todas con la solución de los grandes problemas
nacionales, y también para poner a su disposición nuestra colaboración.
Ante esta
realidad, estimamos conveniente que el país recuerde que el doctor Peña Gómez
fue un abanderado de la concertación, y que a ella entregó sus mayores
esfuerzos.
Que
llegó, incluso, a sacrificar la Presidencia de la República, ganada en los
comicios generales de 1994, para evitar los tormentos que le causaría a la
sociedad dominicana un enfrentamiento con la fuerza gobernante de entonces.
Recordemos
que veinte años antes, en 1974, había propuesto ya el Acuerdo de Santiago, bajo
el esquema de la integración de todas las fuerzas opositoras, más allá de las
diferencias ideológicas, desde la izquierda revolucionaria, encarnada en el
MPD, hasta las fuerzas más conservadoras de aquella época, representadas por su
líder militar, el general Elías Wessin y Wessin, quien fue el candidato
vicepresidencial de don Antonio Guzmán Fernández.
Posteriormente,
concitó otra gran alianza electoral, que llevó a nuestro partido al poder en el
año de 1978, cuando derrotó dramáticamente la candidatura presidencial del
doctor Joaquín Balaguer, que lucía invencible.
Peña
Gómez dio otra demostración de desprendimiento y espíritu de concertación,
cuando en 1990 ofreció el decidido respaldo del PRD a su maestro, a Juan Bosch
y al Partido de la Liberación Dominicana.
En los
comicios sucesivos de 1994 y 1996, el líder de nuestro partido volvió a dar
ejemplo de desprendimiento y concertación, cuando conformó el Acuerdo de Santo
Domingo, que reunió partidos, movimientos y voluntades, en torno a una
propuesta concreta de gobierno compartido, llevando como candidato
vicepresidencial al destacado dirigente reformista, licenciado Fernando Álvarez
Bogaert. Ese acuerdo recibió el respaldo mayoritario del pueblo dominicano.
Como
hemos visto, a lo largo de toda su historia, el PRD se ha caracterizado por su
espíritu de concertación, inspirado siempre en los mejores intereses
nacionales.
Conviene
recordar que acuerdos similares han sido muy exitosos en varias naciones
de nuestra América Latina, y también de Europa, cuyas organizaciones políticas
fundamentales, en algún momento, antagónicas, decidieron establecer una
agenda común para enfrentar y solucionar juntos las grandes dificultades de sus
respectivos países.
Compañeras
y compañeros.
Desde que
asumí el liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano he procurado hacer
realidad la visión de Estado que encarna el ideario peñagomista, cuyo principio
de unidad nacional se manifiesta claramente en la tesis de gobierno compartido,
plasmada en sus discursos y en sus proyectos de gobierno.
Esas
enseñanzas de nuestro líder nos guían en este momento histórico, en el que
hemos aceptado la propuesta del Presidente Danilo Medina, para participar
aliados en un Gobierno Compartido de Unidad Nacional.
El
acuerdo se fundamenta en un proyecto de nación que exige el compromiso del PLD,
el PRD, del Presidente Medina, y del mío propio, para impulsar los cambios que
ha venido proponiendo nuestro partido, y que son un clamor nacional.
Los
cambios a los que se refiere este acuerdo apuntan, por una parte, a la
transformación y modernización del Estado, y por la otra, a la aplicación de
políticas públicas para promover la inclusión social de todos los dominicanos.
En cuanto
a la modernización del Estado, nos comprometemos a concertar medidas que
son impostergables para nuestra nación.
Me
refiero a la aprobación de la Ley de Partidos Políticos y a la reforma de la
Ley Electoral, fundamentales ambas para revestir de garantías nuestra
democracia.
Un pacto
por la seguridad ciudadana, para la tranquilidad y el sosiego de la familia
dominicana.
Un pacto
fiscal integral, que estimule la competitividad económica.
Un pacto
eléctrico, que garantice el suministro confiable de energía para todos los
dominicanos, y que elimine el insostenible déficit energético, que tanto daño
hace a nuestra economía.
En lo
concerniente a la inclusión social, hemos presentado las siguientes doce
propuestas:
UNA.
Aplicar políticas públicas para alcanzar un aumento anual efectivo de empleos
formales y de calidad en el sector privado.
DOS.
Establecer una escala por ley para incrementar significativamente el porcentaje
del Producto Interno Bruto a ser aplicado al presupuesto del sector salud.
TRES.
Asignar un porcentaje adecuado del presupuesto de educación a la capacitación
de los maestros y demás servidores del sistema educativo, para mejorar la
calidad de la enseñanza.
CUATRO.
Aplicar políticas efectivas para aumentar el número de viviendas, en beneficio
de la clase media y de los sectores más pobres en todo el territorio nacional,
y reducir así el déficit habitacional, contemplando las siguientes medidas:
Construir
5,000 viviendas y soluciones habitacionales en el Distrito Nacional y en la provincia
Santo Domingo; construir 3,000 viviendas en la provincia de Santiago y
construir de 400 a 800 viviendas en cada una de las otras 29 provincias,
conforme a su población.
Adicionalmente,
impulsaremos la creación de un fondo social para la construcción de viviendas
de bajo costo, al igual que un programa masivo de titulación de propiedades.
Con estas
medidas serán beneficiadas miles de familias en todo el país.
CINCO.
Hacer las gestiones necesarias para asegurar el suministro nacional de
electricidad, tomando en cuenta el desarrollo de energías alternativas.
SEIS.
Aplicar políticas que modernicen el transporte público, y dar los pasos
necesarios para construir un ferrocarril de pasajeros y cargas, desde el Puerto
de Haina hasta Puerto Plata, pasando por las principales ciudades. Una obra
susceptible de ser concesionada sin ningún costo para el Estado dominicano.
SIETE.
Dinamizar el campo dominicano, ampliando el financiamiento para los
proyectos agropecuarios y la ejecución de políticas eficaces de extensión y
distribución de semillas mejoradas.
OCHO.
Ampliar a todo el territorio nacional la cobertura del programa de emergencias
9.1.1.
NUEVE.
Aplicar una adecuada política de desarrollo turístico, para alcanzar la meta de
10 millones de turistas cada año, mediante el fortalecimiento de los polos
turísticos existentes, y el desarrollo de nuevos destinos ecológicamente
sustentables, tales como Bahía de las Águilas, Los Corbanitos, la zona de
Bayahíbe hasta Palmilla y la provincia de Montecristi.
DIEZ.
Fortalecer las leyes y los mecanismos que garanticen total transparencia en el
gasto público, para eliminar la corrupción en todas sus manifestaciones,
y garantizar la seguridad jurídica en el país.
ONCE.
Promover la alianza pública privada para el desarrollo de grandes proyectos que
beneficien al país, utilizando la fortaleza y voluntad del Estado, junto con
las capacidades técnicas y económicas del sector privado.
DOCE.
Exigir el debido respeto a la soberanía nacional, poniendo en primer lugar la
dignidad y la defensa de nuestro país y ejecutar un amplio programa
económico y social de seguridad y desarrollo fronterizo.
Con la
aplicación de estas propuestas, sentaremos las bases para hacer de nuestro país
una sociedad más justa e incluyente, compuesta por ciudadanos independientes
del Estado, ciudadanos propietarios y empoderados de sus bienes, y de sus
derechos individuales.
Atención
especial nos merecen los temas relativos a la familia, a la mujer y a la niñez.
Tenemos la obligación de fomentar una cultura de respeto a la seguridad,
integridad física y dignidad de nuestras mujeres.
Lo más
provechoso para el presente y el futuro de la nación, y del Partido
Revolucionario Dominicano es promover el gobierno compartido de unidad nacional
que hoy nos proponemos.
Todos
sabemos que nuestra aspiración era que ese Gobierno Compartido de Unidad
Nacional fuera encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano.
Ante
todo, por el compromiso histórico de nuestro partido de producir los cambios
para satisfacer las grandes necesidades de nuestro pueblo, y también para
honrar la memoria de nuestro líder, que soñó con la transformación de la
sociedad dominicana.
La
posposición de mis aspiraciones presidenciales se corresponde con los
principios que fundamentaron aquella propuesta de apoyo de Peña Gómez al
profesor Bosch en el año de 1990, y constituye otra muestra de que, cuando la
necesidad histórica así lo demanda, ponemos los intereses del pueblo dominicano
por encima de cualquier interés particular o apetencia personal, por muy
atractiva que sea.
En la
vida hay momentos cruciales en los cuales los seres humanos nos jugamos nuestro
destino. Este es uno de esos momentos para nuestro partido, y también para mí.
Estoy seguro de que estamos haciendo lo que tenemos que hacer, lo que debemos
hacer, en beneficio del porvenir luminoso de todos los dominicanos.
Este
acuerdo también ofrece la oportunidad de que nuestros compañeros perredeistas
pongan al servicio del país su vocación de trabajo en el ejercicio de sus
próximas responsabilidades en lo congresual, lo municipal y lo gubernamental.
La
implementación de este Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional se hará
de manera pública y con total transparencia, como ha sido siempre nuestro
proceder.
Pueblo
dominicano, hoy afirmo que este acuerdo abre la puerta hacia el futuro para
construir la República Dominicana segura, soberana, próspera e
incluyente que todos queremos ver.
Convoco a
cada uno de mis compañeras y compañeros, y a todos los dominicanos y
dominicanas de buena voluntad, a asumir con pasión la gran oportunidad que
tenemos por delante, y a promover con entusiasmo este Acuerdo de Gobierno Compartido
de Unidad Nacional.
Anuncio
que desde este momento me pongo al frente, y asumo la dirección de la campaña
electoral del PRD.
Voy a
recorrer el país para apoyar a nuestra alianza y también a todas las
candidaturas del PRD en todos los niveles.
A votar
blanco, en la casilla número 1, marcando el jacho del Partido Revolucionario
Dominicano.
¡Que viva la República Dominicana!
¡Que
viva el Partido Revolucionario Dominicano!
¡Que
viva la memoria histórica del doctor José Francisco Peña Gómez!
¡Que
Dios bendiga a nuestro pueblo!
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