Agricultores a ciegas
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Cándida Figuereo (Opinión) |
Apiñados en la cama de una camioneta, vestidos de
humildad y arropados de ilusión, pequeños productores del entorno de la
provincia de Monte Plata llegaron a las instalaciones de la
Cooperativa Esmeralda invitados para escuchar una charla sobre el cultivo
de maracuyá, parcha, parchita o chinola como le dicen a esta fruta en
República Dominicana y otros países.
Este diálogo para enriquecer el conocimiento de los
asistentes develó lo inimaginable: parte de pequeños y medianos agricultores a
ciegas, sembrando sin una serie de requisitos para que la producción sea mejor
y más rentable.
Estos productores, que demostraron un gran
interés en el aprendizaje, estaban aplicando agroquímicos en momentos que no lo
necesitan por desconocimiento de cómo mejorar esa técnica que es fundamental en
el sistema productivo.
También desconocían en la mayoría de los casos la
medida de acidez o alcalinidad de los suelos, llamado usualmente el pH del
suelo, que impide que las plantas absorban los nutrientes.
Hay que admitir que en sentido general los
agricultores superaron el estado agónico, gracias a esta gestión de
gobierno que apuesta a la producción agrícola y con ella a la mejoría de vida
de los involucrados.
Sin embargo, toda disposición requiere el apoyo y
seguimiento de subalternos para que por dejadez no se dé al traste con
proyectos que favorecen a tantas personas necesitadas.
Para orientar a los productores existe el
Vice-ministerio de Extensión e Investigación del Ministerio de
Agricultura que no llega a esos lugares que lo necesitan.
El amparo al grupo aludido son las
organizaciones, cooperativas y asociaciones que tienen servicios de extensión y
pagan para orientar a productores como los de la camioneta.
La charla auspiciada por la Cooperativa Esmeralda, en
su sede en el municipio de Bayaguana de la citada provincia, sirvió para
despejar algunos errores. Los
productores estaban encantados y se planteó continuar con eventos como este que
enriquecen el conocimiento de hombres y mujeres con deseos de triunfar en lo
que hacen.
Especialistas en el cultivo de chinola afirman que la
clave de la buena producción está en el análisis de suelo, el uso de semillas
certificadas y seguimiento técnico, entre otros aspectos, a las plantaciones.
Se trata de productores que reciben
ayuda gubernamental para producir, y que aspiran a que las
lecciones de orientadores se realicen más cerca de las zonas donde residen.
Llama la atención que la obvia escasez económica de
estos hombres y mujeres no nubla su deseo de dejar de ser agricultores a
ciegas, a los fines de aferrarse al conocimiento para producir mejor
ahora que se mira hacia el campo, otrora abandonado, olvidado.
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