A
Pleno Sol
Manuel Hernández Villeta (Opinión) |
La
protección de los recursos naturales dominicanos es importante. Hay descuidos y
olvidos con los montes y ríos. Su destrucción tiene que ser atajada a como dé
lugar.
Muchos
ríos dominicanos están secos, debido a los estragos ocasionados en el comercio de la arena, por parte de
empresarios de la industria de la construcción.
Asimismo,
se cortan los árboles para destinar los leños a fabricar muebles, o para la
industria del carbón. Por lo menos, ya
una gran parte de la familia dominicana cocina con gas.
Hay
que proteger a los ríos y a los árboles, no solo con un decreto o una ley, sino
con el cariño y la vigilancia de cada ciudadano. Todos evadimos
responsabilidades en el cuidado de la flora y la fauna.
Es
vital que se lleve a cabo, desde las escuelas, una campaña ejemplar de
educación, en torno a la importancia de la preservación de nuestros recursos
naturales. Además, al campesino que se encuentre en las áreas que son
calificadas de Parques Nacionales se le debe dar una necesaria ayuda.
Cuando
se habla de preservación de los recursos y
que se declare un Parque Nacional, se olvida a
la mujer, al hombre, a la familia que vive en esa zona. Una existencia pesarosa, donde
prácticamente adolece de todo.
Las
empresas mineras, cementeras y metaleras destruyen en su etapa de expansión y
producción las riquezas ecológicas nacionales. Apoyamos que a estas industrias
se les restrinja el alcance de sus operaciones, cuando afectan la flora, la
fauna y los ríos.
Con
Loma Miranda, estamos dando un apoyo solidario para que sea declarado Parque
Nacional. La voraz empresa minera que desea iniciar parte de la destrucción de
este Patrimonio Nacional, tiene que ser detenida contando con un instrumento
legal.
En
este caso, una ley que declare a Miranda Parque Nacional, y que le dé una
protección especial de que no será explotada. Si hay que movilizar a las
Fuerzas Armadas, adelante.
No
podemos transigir en exigir respeto al Patrimonio Ecológico Nacional.
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