Minou Tavárz Mirabal |
SANTO DOMINGO.- La diputada Minerva Tavárez Mirabal (Minou), una de las legisladora más votada del Partido de la
Liberación Dominicana, comunicó al presidente del PLD, Leonel Fernández, su
renuncia de esa organización, aunque aclara que no significa su retiro de la
vida política ni el abandono de su posición de legisladora.
La carta de la
legisladora está publicada en su cuenta de Facebook, y los motivos de la
renuncia se centran en que “el organismo político se ha alejado de los
principios y valores que ella defiende”.
“Tan segura
estoy de que esos principios e intenciones son ajenos al PLD, que le solicito
tome nota de mi renuncia a esa organización política”, dijo la legisladora.
Minou Tavárez Mirabal
ha sido diputada durante tres períodos representando la circunscripción número
01 del Distrito Nacional.
Tavárez Mirabal, hija de Minerva
Mirabal y Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y prima hermana del
ministro de Deportes, miembro del Comité Político del PLD y exvicepresidente de
la República, Jaime David Fernández Mirabal, planteó la renuncia al presidente
del partido gobernante.
Dijo que no quiere
hacer debates con su renuncia, que todo cuanto diga lo ha dicho antes en su
condición de militante del PLD, de integrante de su Comité Central, de diputada
al Congreso, como ciudadana, y sobre todo como dominicana.
“Me quedo en la
política cumpliendo mis obligaciones como legisladora, de acuerdo con el
mandato Constitucional: “Las y los senadores y diputados no están ligados por
mandato imperativo, actúan siempre con apego al sagrado deber de representación
del pueblo que los eligió, ante el cual deben rendir cuentas, apunta.”
“No es mi intención
provocar ningún debate. Se sabe de antemano de su imposibilidad.
Tampoco lo intentaré
en el futuro. Los temas del país son otros. Mejor dicho, es otro”, manifestó.
A continuación la
carta que enviará mañana la diputada al presidente del PLD, Leonel Fernández:
Santo Domingo,
República Dominicana, 21 de mayo de 2014.
Señor
Leonel Fernández Reyna
Presidente del Partido
de la Liberación Dominicana.
Todo lo que diga ahora
lo he dicho antes. Lo he dicho en mi condición de militante del Partido de la
Liberación Dominicana, de integrante de su Comité Central, de diputada al
Congreso Nacional, como ciudadana, y sobre todo como dominicana, hija de esta media
isla a la que admiro y quiero con sus luces y sus sombras. Y lo he dicho y
hecho con el ejemplo de tantos y tantas que llegaron hasta el sacrificio
supremo por una mejor vida para quienes la habitamos, y con la clara conciencia
de que la vida y la política también significan enfrentar a quienes por
demasiados años han impedido, y pretenden seguir haciéndolo, nuestro progreso,
nuestro desarrollo y nuestra democracia.
La política no es hija
de la razón, la política es siempre un asunto de interés. Y cuando llega el
momento de reconocer que la utilidad de nuestras acciones e intenciones es cada
día más lejana, y hasta contradictoria, con las del Partido que ustedes
dirigen, hace falta simplemente reconocer que es la hora de abandonar esa
permanente tensión que me impide dedicarme efectivamente a lo que considero los
temas más decisivos en esta hora del país.
No es mi intención
provocar ningún debate. Se sabe de antemano de su imposibilidad. Tampoco lo
intentaré en el futuro. Los temas del país son otros. Mejor dicho, es otro.
El futuro de República
Dominicana me convoca. Me convoca su democracia tan dependiente todavía de
prácticas que quisiéramos superadas. Me convoca la crisis institucional cada
vez más a la vista de todos y todas. El descrédito de la política me convoca
junto a la falta de credibilidad de tantos representantes populares y el
aumento inmoral de la pobreza. Me convoca la lucha por mejores gobiernos, por
un mejor poder legislativo, por mejores gobiernos municipales, por una justicia
independiente.
Me voy del PLD pero no
me voy de la política. Vengo de un hogar donde adquirí conciencia de la
necesidad del compromiso con los demás, donde aprendí la solidaridad
sintiéndola primero y para siempre conmigo ante el dolor de la pérdida fruto de
la arrogancia, la intolerancia, el despojo y la crueldad.
Me quedo en la
política cumpliendo mis obligaciones como legisladora, de acuerdo con el
mandato Constitucional: “Las y los senadores y diputados no están ligados por
mandato imperativo, actúan siempre con apego al sagrado deber de representación
del pueblo que los eligió, ante el cual deben rendir cuentas.”
Me quedo en la
política para hacer lo que prometí hace unos meses con motivo de un acto que
fue, también, un reconocimiento de mis deudas, una reafirmación de mis
compromisos y mi decisión de cumplir con mi deber: “El primer paso para
ascender hoy a las “escarpadas montañas de Quisqueya”, para alcanzar su pico
Duarte, la más elevada de todas, quizás consista en reconocer que la línea que
nos divide ya no es la que trazaron los llamados grandes caudillos. Hoy,
avanzado el siglo XXI, tenemos el desafío de reconocernos en lo que en realidad
debe unirnos: la defensa de los Derechos Humanos, la lucha contra la pobreza,
la justicia, la democracia y la paz”.
Tan segura estoy de
que esos principios e intenciones son ajenos al PLD, que le solicito tome nota
de mi renuncia a esa organización política.
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