A Pleno Sol
Manuel Hernández Villeta, (Opinión) |
La revolución cubana tiene que abrirse.
El fin de las ideologías tradicionales, y el surgimiento de un socialismo para
el siglo 21, hace imposible mantener los aislamientos tradicionales, y las
presiones internas indebidas.
Ahora, en lo que se refiere a los
Estados Unidos el problema es de política exterior norteamericana, no de los
cubanos. La geo-política norteamericana tiene que ser revisada y llegar a un
diálogo con Cuba.
Asimismo los cubanos no pueden mantener
cartillas propias de una guerra fría, donde el mundo era dominado por dos
potencias. Hoy, para los rusos, Cuba es un plato secundario. Les importa poco.
Cuba está ampliando relaciones con las iglesias, con los europeos y con la
industria turística internacional.
El camino de la revolución cubana es
sobrevivir. Tiene por delante, la decadencia física de sus principales figuras,
y el relevo debe llegar en vida de Fidel y de Raúl. Una trasición después de la
muerte de los mentores de la revolución será imposible, porque vendría la sorda
lucha por el poder.
Cuba y China tienen un gran acercamiento
y el primer ministro chino visita a isla antillana. El modelo a seguir por los
cubanos tiene que ser el Chino. Un capitalismo manejado y dirigido por el
Estado. El partido es el eje de mando, pero se permite la llegada del capital y
ciertas aperturas locales, si conspiración.
Cuba busca la transición. Lo está
haciendo. Sus peloteros salen a trabajar con permiso del regimen a México,
Japón y otros países. Los artistas reciben licencia para buscarse la vida en las
locaciones internacionales, y los dominicanos ya conocemos estos
casos por experiencia.
Cuando una revolución sobrepasa a varias
generaciones, llega el momento de las revisiones. El principal enemigo de la
revolución no son los pioneros, ni los hijos de la revolución, sino los nietos.
Los jóvenes hoy, que nacieron dentro del proceso, y que reciben la carga mediática
desde los Estados Unidos.
A una parte de esa juventud
les parece poco lo que tienen hoy. La seguridad social, el empleo, la vivienda,
el mejoramiento de la vida, que costó tanto a los pioneros, es una sangre seca
y parte de la historia. Un joven que nació dentro de la revolución, de 30 años
para acá, puede sentir que tiene sobre su cuello una cadena que le evita el
progreso.
La revolución permanente, y la
adecuación a los nuevos tiempos es lo que salva la situación. Los principios
básicos de una revolución no se pueden estancar a 50 años atrás. Raúl está
dando los pasos para la reforma, el cambio y la modernización, y lo tiene que
hacer ahora, antes de que se vaya Fidel y él.
Una revolución sin revisiones, huele
a disolución. Las reformas hechas por el Estado evitan los
derrumbes. Pasó con la Unión Soviética, y los países del viejo Bloque
Socialista. La revolución solo se sostiene con la revolución permanente-
No hay comentarios:
Publicar un comentario