A propósito de la quema de la Bandera Dominicana y algunos comportamientos
Por Juan Cruz Triffolio
Sociólogo – Comunicador
triffolio@gmail.com
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Quizás sea este tipo de comportamiento el que ha motivado a que algunos haitianos decidieran quemar la Bandera Dominicana en El Seibo. Se justifica..? |
Amo mi país como el que más pero sin hiperbolizar ni soñar
ser recordado como el papá de los patriotas dominicanos.
Insisto en que está tierra hermosa, enclavada en el epicentro
del Caribe, es de todos y todas.
En ella tienen un espacio merecido, no sólo los dominicanos
honestos, trabajadores y dignos, si no también aquellos extranjeros que
respetando nuestras normas, cultura, tradiciones, creencias y leyes, escogen
como terruño para el sano esparcimiento o escenario para una nueva vida, la
Patria de Duarte, Caamaño y Luperón.
Todos son bienvenidos sin importar el color, su historia o
creencias, siempre y cuando entiendan somos un país libre y soberano, con una
constitución que nunca deben mancillar.
República Dominicana es una tierra hermosa donde habita un
pueblo hospitalario, alegre, no obstante los pesares, pero además, receptivo
para la hermandad.
Siendo así, todos, absolutamente todos, los que vienen, los
que se quedan y los que hemos nacidos acá, estamos llamados a respetar las
leyes, con sus altas y bajas, pero leyes al fin.
Por tanto, resulta inadmisible desde cualquier punto de
vista, que un grupo de nacionales haitianos, en la comunidad de Santa Lucía, El
Seibo, se haya prestado a incendiar la Bandera Nacional, símbolo patrio al cual
reverentemente, extranjeros y criollos, estamos llamados a respetar por todo
cuanto representa en términos de sacrificios, libertad y democracia.
Es cierto que algunos malvados nacionales, que lucen no
merecer el calificativo de dominicanos y dominicanas, han protagonizado, en
otrora, barbaridades similares con el paño tricolor de República Dominicana,
pero eso, de ningún modo, justifica la perversa y censurable actuación de los
haitianos en referencia.
Lo mismo es aplicable en caso de ser observado el mencionado
comportamiento, por parte de algunos imprudentes dominicanos, en detrimento del
icono patrio haitiano.
Ya es tiempo del ejemplo..!!
Las autoridades están llamadas a responder la solicitud que,
frente al caso en cuestión, ha formulado el Instituto Duartiano.
Nuestra Constitución y Soberanía no debe ser lacerada por
nada ni nadie.
Los diálogos con sordos predispuestos nunca han llegado a una
conclusión feliz, independientemente de quién los promueva.
Vayamos a la acción.
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