Politica, economía

viernes, septiembre 20, 2013

Economía y comida

Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol

(Opinión)
La economía dominicana  puede ser progresista y estabilizada, pero le falta el sentido de la participación. Los números en frío de las organizaciones fiduciarias siempre ven los aumentos paulatinos, pero en pocas ocasiones los estancamientos.

Por consiguiente, lo que necesita el proceso económico nacional es dejar a un lado a los intelectuales de las finanzas, y darse un golpe de pulpero, con el lápiz detrás de la oreja.

El primer semestre de este año ha sido de un avance económico, mínimo, pero avance al fin y al cabo. Dentro del concierto general que se está viviendo en el país, ese avance indica que hay aires positivos.

La supra-economía ha estado creciendo, y las grandes empresas han obtenido ganancias buenas. Fue por especulación del momento que subió la prima del dólar, la cual hoy está bajo control.

Nadie puede negar que se a sostenido un crecimiento económico  en el país, pero la otra realidad, es que detrás de un reajuste económico, hay mayores grados de miseria.

El aumento de la supra-economía no determina que se de un desarrollo económico y social de todas las capas sociales. Por el contrario, la evolución económica es desigual, y se mueve de acuerdo con grados de distribución.

La riqueza del desarrollo nacional en pocas ocasiones se  deja sentir en las grandes mayorías. A mayor desarrollo, se da más especulación y agiotismo con los precios de la comida básica.

Un buen banquero, para conocer como está el mercado, debe ir a una mesa de venta de empanadillas, de queso con   salchichón, y ver el flujo de los que adquieren el producto.

El balance económico tiene que poner en el mismo embudo, para  mezclar resultados, al graduado de Harvard, con todos sus conocimientos técnicos, y al vendedor de un colmado, camisa sin manga, con el lápiz, para apuntar los fiaos, sobre la oreja derecha.
La reacción del pueblo a los aumentos de los precios de los productos de primera necesidad, y los desniveles económicos, lo da ese semi-analfabeto de sandalia, que dice al filo de la mañana, “ya no se vende diez de salchichón, sino quince, porque esto subió”.


Hay mejoría de la economía, pero la comida  sube. Dos caras de una misma moneda.

No hay comentarios: