Francisco Luciano (Opinión) |
Hace algunos años, mi buen amigo, compañero de partido y consejero sin sueldo, Félix Gómez me presentó la anécdota que en el párrafo siguiente les comparto. Lo hizo a propósito de la manera en que le dije algunas verdades a una de esas personas que sin ser dotados de virtudes, andan señalando los “defectos” a los demás, pero que sufren de ofenderse si alguien osa señalarle los suyos.
Pues
bien, mi amigo Félix que además de sociólogo, filosofo y político, aglutina la
experiencia de mas treinta años ejerciendo la profesión de educador, me dijo
suavemente que:” Una vez un Rey tuvo un sueño que le pareció extraño y le dejó
muy angustiado, pues soñó que se había quedado sin dentadura y
pidió al adivino de palacio interpretar tan preocupante premonición”.
El
adivino de palacio fue cortante: “Eso es una tragedia, eso quiere decir que
todos sus parientes se van a morir y que usted se va a quedar solo en
este mundo sin familia y sin los amigos de su generación”.
Ante
semejante interpretación hecha delante de muchos colaboradores, porque en
presencia de estos se produjo la pregunta, el Rey ordenó azotar de manera
ejemplar y a meter al calabozo a tan atrevido adivino.
Mandó
a buscar a otro adivino, quien interpretó el sueño de la siguiente manera: “Eso
quiere decir que usted gozaría de buena salud, tanta que sobrevivirá a todos
sus familiares y amigos contemporáneos, para dicha de nuestro pueblo que tendrá
a vuestra excelencia gobernándolo por muchos años”.
Satisfecho
el Rey ordenó que se le premiara con oro, joyas y dinero.
Uno
de sus colaboradores, le dijo, pero Su majestad, en esencia los dos
adivinos han dicho lo mismo y usted castiga a uno y premia al otro. No
entiendo.
El
Rey respondió: “No es lo que uno diga, es como lo diga”.
Cuando
se tiene que negar una expresión negativa, jamás se debe reforzar el elemento
de negativo en una campaña mediática, pues sería contribuir a que se
afiance el criterio de lo que se quiere rechazar.
La
mejor manera para responder a una expresión o una campaña que puede
dañar la reputación de una persona, de un gobierno o de una localidad, es
divulgando las cosas positivas de esa persona, resaltando la obra de gobierno o
elevando el orgullo de la localidad destacando sus potencialidades
propias y los valores que la identifican. Las campañas comunicacionales
jamás deben incluir la reproducción de los juicios negativos contra
quien o quienes la llevan, a eso se llama reproducir las ideas del otro y
de lo que se trata es de divulgar las nuestras.
¡Herrera
es una comunidad de gente trabajadora!
¡En
Herrera vive gente con dignidad!
¡Herrera
una comunidad de gente exitosa!
¡Herrera
cuna de profesionales brillantes!
¡Herrera
gradúa 3,800 bachilleres!
¡Herrera
una oportunidad para Desarrollar tu negocio!
¡La
cooperativa de Herrera un modelo de eficiencia nacional!
¡Herrera
tiene el mejor Hospital público del país!
¡Los
jóvenes de Herrera somos alegres y estudiosos!
Convertir
en bandera la expresión de la Fiscal, nada aporta a la buena imagen
de nuestra comunidad, todo lo contrario, cada vez que decimos que
“Herrera NO es violento” nos estamos asociando al “No” que siempre
se lee negativo en la psiquis ciudadana, dado el desarrollo de su nivel
cognitivo, aunque como en este caso sea positivo. El verbo
ser, conjugado en su acepción “es” seguido de “violento”, hace recordar
los hechos de violencia que hemos sufrido y que han sido
magnificados por un ejercicio mediático sensacionalista.
Para
contribuir a la mejor imagen de la gente de nuestro
municipio, debemos ser propositivos y una buena manera es hacer caso
omiso a calificativos nocivos, es decir dejándolo pasar para que no pasen de
ahí.
Sacando
de nuestros medios locales las imágenes y noticias de violencia y
desterrando de ellos los juicios que no educan a la gente, haríamos el
mejor de los servicios a la buena imagen de Herrera y de todo el
Municipio Santo Domingo Oeste, que es un municipio que tiene todos los talentos
humanos que se requieren para alcanzar su desarrollo pleno.
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