Llamado a elegir con conciencia para proteger la imagen de nuestra organización

Por Francisco Luciano

                                                           Opinión

La reputación de una persona influye directamente en su entorno. Una conducta reprochable, ya sea fundamentada o no, puede salpicar a familiares, amigos y, en el ámbito político, a la organización a la que pertenece. Aunque la responsabilidad penal es individual, el peso de una mala percepción pública suele recaer también sobre quienes rodean al señalado, afectando su credibilidad y prestigio.

En el caso de nuestra organización, un compañero cuya imagen pública esté comprometida —por acusaciones de corrupción, deshonestidad o cualquier conducta cuestionable, sea cierta o infundada— no debería ocupar un lugar en la primera línea de exposición. Esto no solo protege la integridad de la institución, sino que evita que la percepción negativa hacia una persona dañe el prestigio colectivo.

Como partido, avanzamos con paso firme hacia la cohesión y el fortalecimiento político, en camino a conquistar el poder. Actualmente, nos encontramos en la fase final de nuestro congreso elector, donde elegiremos a los miembros de la dirección política. En un proceso democrático como el nuestro, es natural que surjan múltiples aspirantes a estas posiciones de liderazgo. Sin embargo, no todas las candidaturas contribuyen al objetivo común de consolidar una imagen sólida y libre de controversias.

Las diez curules de la dirección política serán definidas mediante el voto directo de los miembros de la dirección central. En este contexto, es responsabilidad de los votantes elegir con criterio, priorizando el bienestar de la organización sobre las aspiraciones individuales. Excluir a quienes cargan con una percepción pública negativa no implica un rechazo personal, sino una decisión estratégica para proteger la credibilidad de nuestro proyecto político y garantizar el éxito en nuestra meta colectiva.

Hacemos un llamado a los votantes a ejercer su derecho con responsabilidad, seleccionando a quienes fortalezcan la imagen y el propósito de nuestro partido. Solo así mantendremos el rumbo hacia una victoria limpia y contundente.

El autor es docente universitario y dirigente político.