Eruditos de la ficción social

 Por: Francisco Luciano

                                                        Opinión 

En todo proceso electoral aparecen las “motivaciones” para que comunicadores y opinantes se conviertan en creativos de guiones que buscan acotejar la “inevitable victoria” del partido que gobierna. Lo hicieron con gobernantes pasados y lo reeditan sin rubor en el presente. Usted los escucha en los medios, indicando con aire doctoral, criticar que los opositores “recurran al añejo discurso de hablar de arroz y la habichuela”, recomendándole “enfocarse en proponer soluciones a otros problemas que, si son importantes para el desarrollo del país”.

Ese tipo de pronunciamientos nos deja en claro que, quienes así opinan, están en la papa y que la grasa les chorrea por buches, pechos y piernas hasta llegar al suelo donde pisan.

Evidencian que no tienen la más mínima idea de la cruenta pesadilla que está viviendo el pueblo producto de la improvisación, incapacidad y torpeza del equipo de Gobierno que pretende continuar en el control de la cosa pública sobre la base de la manipulación de la voluntad de las mayorías.

Bajo el argumento de que “los opositores deben dejar de hablar de arroz y la habichuela y enfocarse en proponer soluciones a otros problemas que, si son importantes para el desarrollo del país”, se montan en la campaña publicitaria que busca presentar obras y logros ejecutados que no existen con el avieso propósito de que la gente común se crea el cuento de que vivimos en un paraíso donde el crujir de las tripas hambrientas es música de Arturo Sandoval y la carestía de los precios son producto de un invento mercadológico de aquellos que no ven la grandeza del candidato oficialista.

Presentar el fracaso como éxito es una constante de las plumas, las voces y cerebros contratados para manipular. Los que hoy se prestan a ese juego despiadado, no quieren el debate sobre el precio de la comida, la luz, las gasolinas, la alta delincuencia ni del deterioro de los servicios públicos. Prefieren, en su vano intento por evitar la derrota inevitable, hacer el ridículo, actuando como eruditos de la ficción social llevada a la política.

Se requiere ser muy descarado para decirle a la gente que hay cosas más importantes para la gente que el derecho a existir. Y es lo que dicen cuando afirman que “existen otros problemas más importantes para el desarrollo del país” que la necesidad de garantizar el acceso a la alimentación, obviando que la principal preocupación de lo que existe es seguir existiendo y que lo fundamental para garantizar la existencia es mantenerse con vida para lo cual la alimentación es lo primero.

El Gobierno sabe que las cosas no van bien. Que no goza del respeto de un pueblo al que mata de hambre y al que abusa haciendo uso de los recursos públicos disponibles para tratar de avasallar a la oposición y engañar a la población, mientras el presidente candidato pretende con su retorica barata vender la imagen de pulcritud y transparencia, y cual Alí Babá quedarse como único conocedor del secreto de la cueva del tesoro.

El autor es docente universitario y dirigente político.

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