Cuba condena terrorismo y manipulación política
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Por considerarlo
de importancia informador SDO publica íntegramente el documento de de
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Cuba condena el terrorismo y la manipulación política
- Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores
El Ministerio
de Relaciones Exteriores expresa su enérgico rechazo a la calumniosa inclusión
de la República de Cuba en una lista del Departamento de Estado de los Estados
Unidos referida a países que supuestamente no cooperan plenamente con los
esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo, hecha pública el 13 de mayo de
2020, que fue contundentemente rechazada por el Presidente Miguel Díaz-Canel
Bermúdez.
Se trata de un
listado unilateral y arbitrario, sin fundamento, autoridad o respaldo
internacional alguno y que, como se sabe, solo sirve a propósitos de difamación
y coerción contra países que se niegan a acatar la voluntad del gobierno de los
Estados Unidos en sus decisiones soberanas.
El principal
argumento utilizado por el gobierno de los Estados Unidos fue la presencia en
el territorio nacional cubano de miembros de la delegación de paz del Ejército
de Liberación Nacional (ELN) de Colombia.
Como es ampliamente
conocido, la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de
Colombia está en nuestro territorio porque, en virtud del abandono repentino de
Ecuador de su condición de sede y a solicitud del gobierno colombiano y del
ELN, el proceso de paz se trasladó a La Habana en mayo del 2018.
Este diálogo de paz había comenzado el 7 de febrero del 2017 en Quito. Cuba, junto a Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela y Noruega, ha fungido como Garante del proceso de paz, por petición de las partes.
Este diálogo de paz había comenzado el 7 de febrero del 2017 en Quito. Cuba, junto a Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela y Noruega, ha fungido como Garante del proceso de paz, por petición de las partes.
A partir de la
llegada del Sr. Iván Duque Márquez a la Presidencia de Colombia el 7 de agosto
del 2018, representantes de ese gobierno sostuvieron, desde el 8 de agosto de
ese año, hasta enero del 2019, varios intercambios con Cuba y con la delegación
de paz del ELN con el propósito de continuar los diálogos que habían comenzado
durante el mandato del Presidente Santos, proceso en el cual nuestro país actuó
con la debida discreción y riguroso acatamiento de su papel de garante.
Tras el
atentado en la Escuela de Cadetes de Policía de Bogotá, del 17 de enero de
2019, el Presidente de la República de Cuba y el Ministro de Relaciones
Exteriores expresaron de inmediato sus condolencias al gobierno y pueblo
colombianos, en particular a los familiares de las víctimas del atentado, y
reiteraron la firme posición de nuestro país de rechazo y condena a todos los
actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones.
El gobierno
colombiano tomó entonces acciones políticas y legales contra la delegación de
paz del ELN que se encontraba en territorio cubano y rompió el diálogo de paz.
Adicionalmente, decidió desconocer el Protocolo de Ruptura, en franco abandono
y quiebre de los compromisos adquiridos por ese Estado con otras seis naciones
firmantes del mismo.
El Protocolo de
Ruptura se firmó en el marco de las negociaciones de paz por el Gobierno de
Colombia, el ELN y los países Garantes, el 5 de abril de 2016. En él se
establece el regreso seguro de la delegación guerrillera a Colombia en caso de
romperse el diálogo.
El gobierno
cubano sostuvo y sostiene hoy que lo que corresponde, según los documentos
acordados, es la aplicación del Protocolo. Esta postura, respaldada ampliamente
por la comunidad internacional y sectores comprometidos con la búsqueda de una
solución negociada al conflicto armado colombiano, es una práctica universal
reconocida y ratificada reiteradamente por apegarse al Derecho Internacional y
a los compromisos del País Garante y Sede de los diálogos. Debido a la no
aplicación de este Protocolo, es que aún permanecen en el país los miembros de
la delegación de paz del ELN.
El gobierno
colombiano ha incursionado en una serie de acciones hostiles contra Cuba, que
incluyen declaraciones públicas, amenazas y emplazamientos, mediante la
manipulación, ingrata y políticamente motivada, de nuestra inobjetable
contribución a la paz en Colombia. Entre estas acciones, se registró la
modificación de la postura histórica de Colombia de apoyo a la Resolución que
cada año aprueba la Asamblea General de las Naciones Unidas en demanda del fin
del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos que provoca
daños y sufrimiento al pueblo cubano. Esta acción cambió ostensiblemente la
posición consistente e invariable de todos los gobiernos colombianos desde
1992.
El mismo día
que EE.UU. anunció la inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente
no cooperan plenamente con los esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo,
el Alto Comisionado para la Paz del gobierno de Colombia, Sr. Miguel Ceballos
Arévalo declaró públicamente que la decisión del Departamento de Estado de
incluir a la isla era un “espaldarazo” al Gobierno de Colombia y a su
“insistente solicitud” para que Cuba le entregara a los miembros de la
delegación de paz del ELN.
Estas
declaraciones del Sr. Ceballos han sido criticadas en Colombia por amplios
sectores comprometidos con la paz y varios políticos colombianos han demandado
del gobierno una explicación sobre las mismas y acerca del desconocimiento del
Protocolo de Ruptura.
El Ministerio
de Relaciones Exteriores rechaza, en términos enérgicos, las declaraciones del
alto funcionario colombiano.
Lo que se
desprende de los comentarios del Alto Comisionado para la Paz es que la
conducta del gobierno de Colombia ha servido y facilitado los argumentos para
los propósitos agresivos de los Estados Unidos contra nuestra Nación y que ha
brindado su “espaldarazo” a las infamias estadounidenses contra una nación de
América Latina y el Caribe.
La presencia de
representantes del ELN en nuestro territorio, en la que descansa la acusación
estadounidense, no es más que un pretexto endeble y deshonesto, carente de
sentido y facilitado por la actitud ingrata del gobierno de Colombia, si es que
algún crédito merecen las declaraciones del Sr. Ceballos.
En cualquier
caso y aún con esa supuesta ayuda del gobierno de Colombia, la acusación de los
Estados Unidos es totalmente infundada. Existen evidencias concretas, algunas
de ellas muy recientes, de nuestra colaboración bilateral con los Estados
Unidos en el combate contra el terrorismo y en esfuerzos conjuntos de
aplicación y cumplimiento de la ley, en acciones de particular interés para
este, lo que convierte la calificación anunciada por el Departamento de Estado
en un acto deliberado de distorsión de la verdad.
Debe recordarse
que Cuba es un país que ha sido víctima de numerosos actos terroristas
organizados, financiados y ejecutados desde territorio de los Estados Unidos,
por parte de grupos e individuos que han disfrutado allí de tolerancia y
protección gubernamental, realidad que es de dominio público. Fue víctima
también, en el pasado, del terrorismo de Estado perpetrado directamente por el
gobierno de los Estados Unidos, que actuó en ocasiones en contubernio con el
crimen organizado de ese país. Por acciones de este tipo han muerto 3478
cubanos y 2099 sufren o han sufrido algún tipo de discapacidad.
El pasado 30 de
abril, nuestra Embajada en los Estados Unidos fue objeto de una agresión terrorista.
El gobierno estadounidense mantiene desde entonces un silencio cómplice,
sin condenar o siquiera rechazar el hecho, y se abstiene de tomar acciones
contra personas y grupos terroristas radicados en territorio estadounidense que
incitan a la violencia contra Cuba y sus instituciones.
Como
consecuencia, tras el atentado terrorista contra nuestra Misión Diplomática en
Washington, se han producido amenazas contra la integridad de diplomáticos y
Embajadas cubanas en los propios Estados Unidos, así como en México, Costa
Rica, Antigua y Barbuda, Canadá, Chipre, Austria y Angola, todo lo cual se ha
informado a los respectivos gobiernos.
La actitud de
manifiesta complicidad del gobierno de los Estados Unidos conlleva el
peligro de ser asumida como un endoso al terrorismo. Es consecuente con la
intensificación de la política de agresión e instigación a la violencia contra
Cuba, llevada incluso a los países donde labora personal cubano de la salud en
programas bilaterales de cooperación.
El compromiso
de nuestra Nación con la actuación enérgica y la condena del terrorismo está
recogido en la Constitución. Es absoluto y categórico contra cualquiera de sus
formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de Estado, y está
respaldado por la debida legislación. Existen sobradas razones para dudar de
que el gobierno de los Estados Unidos pueda emitir una afirmación tan
categórica sobre su posición frente al terrorismo.
Cuba ha
mantenido de manera invariable su apoyo a la paz de Colombia y ha trabajado
desde su condición de Garante en la implementación del Acuerdo de paz entre el
Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército
del Pueblo (FARC-EP), a pesar de que el Gobierno colombiano no ha garantizado
la protección de dicho Acuerdo y no ha asegurado su estricto
cumplimiento.
Como se ha
planteado por vías diplomáticas, el Ministerio de Relaciones Exteriores
solicita al gobierno de Colombia conocer cuál es su postura sobre la condición
de los Garantes en el proceso de Paz de Colombia, en particular el de
Cuba.
Igualmente,
requiere conocer cuál es la posición del gobierno sobre la aplicación y el
cumplimiento del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y la FARC-EP.
El Ministerio
de Relaciones Exteriores insta al Gobierno de Colombia a que declare su
posición oficial acerca de las razones que le atañen para la inclusión de Cuba
en la lista elaborada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y
aclare cuál fue el papel y la postura de sus funcionarios en los intercambios
previos realizados con los Estados Unidos al respecto.
Como país que
ha sido víctima del terrorismo, Cuba deplora toda manifestación de manipulación
y oportunismo político al tratar un asunto tan sensible.
La Habana, 1 de
junio del 2020
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