Salidas a la crisis
Por Manuel Hernández Villeta/ A Pleno Sol
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Opinión |
La crisis electoral tiene que ser desactivada. Lo único que se necesita es garantizar unas elecciones libres y democráticas. Que gane el que más votos tenga. Con la vigilancia de los organismos internacionales, la Junta Central Electoral tiene que garantizar unos comicios ejemplares.
Se
propone mediadores con influencia cristiana y creo que es bienvenido todo el
que pueda aportar en la crisis, pero ya pasó la era de los solucionadores
mágicos de entuertos. Hay organismos legales para tratar los
problemas electorales y también observadores internacionales.
Hay que
esperar los resultados de la investigación de irregularidades electorales que
realiza la Organización de Estados Americanos. Esto no le da a la OEA
credibilidad, sigue siendo una institución al servicio de los Estados Unidos y
muy desacreditada en América Latina.
Todos los
actores mediáticos de la crisis electoral solicitaron la vigilancia de la OEA,
y ahora lo que queda es esperar que dé a conocer resultados apegados a la
objetividad y la verdad.
Hay que
evitar y rechazar el tremendismo, la prepotencia y la altanería.
Los que protestan tienen que saber que buscan y que persiguen. El
populismo consigue muchas adherencias, pero a la gradería en
ocasiones no le importa el destino nacional.
Los
indiferentes ahora se unen a protestas. A ellos se les debe dirigir el mensaje
de que el único camino es la celebración de elecciones, comenzando con las
municipales y terminando con las presidenciales. La lucha por la democracia no
es un espectáculo de farándula ni el capricho de niños ricos.
Los
muchachos de la Plaza de la Bandera tienen que poner la cabeza en la realidad.
Están en una lucha política-partidista donde se reclaman elecciones libres y
justas. No pueden excluir a nadie de las protestas, sobre todo a personas y
grupos que se han ganado a pulso su historial de lucha.
El
ambiente está amenazado por grandes y peligrosas tormentas. Hay
que transitar la senda de la paz y del entendimiento. Hay que descartar del
trillo de los enfrentamientos y de la discordia. El momento exige elecciones
libres y democráticas. El dominicano quiere vivir en paz. ¡Ay!, se me acabó la
tinta.
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