La Higiene en la Universidad
Por Francisco Luciano
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Oponión |
La Sede Central de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), recibió
una total transformación durante los gobiernos de Leonel Fernández, (2004-2012) con
el remozamiento del Aula Magna, el Antiguo Edificio de gobierno
universitario, el edificio de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
entre otras y con la construcción de obras como la moderna
Torre Administrativa, el Edificio de alta Tecnología, la Biblioteca Pedro
Mir, La Torre de Parqueos, el nuevo Comedor Universitario, entre otras.
La intervención del Poder Ejecutivo por vía del Ministerio de Obras
Públicas, del Despacho de la Primera Dama y de la OISOE provocó un cambio en la
Sede Central de la UASD, que prácticamente se encuentra abandonado por la
falta de mantenimiento de la mayoría de dichas instalaciones que lucen
deterioradas y cuyo funcionamiento se torna deficiente por filtraciones,
puertas, llavines y baños en franco deterioro.
Se alega falta de recursos económicos para justificar esta situación
tan calamitosa cuando la realidad es que no es del todo así. ¿Qué puede costar
un llavín? ¿Cuál es el precio de una flota para inodoro? ¿Qué tan caro puede
ser un cuarto de aceite tres en uno? ¿Cuánto puede costar limpiar techos
y desagües cada tres o cuatro meses? ¿Qué puede costar un retoque de pintura o
sustituir un mosaico levantado? Nada de lo narrado tiene precios altos,
si se atiende en el instante que se daña, diferente ocurre a si se dejan juntar,
para pretender una reparación general.
Si las ventanas se lavaran periódicamente, por dentro y por fuera, es
seguro que tendrían más durabilidad y no habría que pensar en sustituirlas. Si
estas fueran retocadas con pintura cada cinco o seis meses de seguro el moho no
las haría ver tan mugrientas como se observan, sobre todo las del edificio de
Educación Física y el Polideportivo.
Si las escaleras de los edificios y principalmente las de acceso a la Torre
Administrativas se lavaran periódicamente con escobillones y cepillos de acero,
de seguro no tuvieran el moho y la mugre que las cubre.
Más que alegar falta de recursos para el mantenimiento y
sostenibilidad de las edificaciones de la Sede Central de nuestra Universidad,
lo que hace falta es visión y voluntad para hacer el mejor uso del personal
administrativo disponible, que ante las deficiencias del liderazgo gerencial
que debe conducirlo, actúa con desgano. Si sencillamente la
alta instancia administrativa universitaria estuviera focalizada en
cumplir sus tareas propias, la institución se visualizara limpia y reluciente,
como debiera.
Nos permitimos recomendar a las altas instancias de la UASD, recorrer el
campus a pie y despacito, para que puedan apreciar las presentes
observaciones y se motiven a tomar cartas en el asunto, pues la pobreza
económica nunca será argumento valedero para justificar la suciedad y el
abandono.
Una buena iniciativa seria relanzar el Programa SOL (Silencio,
Orden y Limpieza) que tan buenos frutos alcanzó en el pasado reciente, en
beneficio no solo de la higiene de las instalaciones universitarias, sino en la
siembra de conciencia por un medio ambiente menos contaminado y más sano
para todos y todas.
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