Falta de tacto del PRM
Por Francisco Luciano
![]() |
Opinión |
La anunciada decisión del Partido Revolucionario Moderno (PRM), para
violentar la denominada “regla de oro” por la gobernabilidad municipal,
propuesta y practicada por el doctor José Francisco Peña Gómez, para
facilitar que los alcaldes electos puedan tener el sosiego necesario que les
permita ejercer sus funciones acompañados de un presidente municipal que lejos
de confrontarle, le colabore en sus iniciativas de servir a la población que
gobierna, en armonía.
El reclamo del PRM para que se le reconozca como la segunda mayoría,
desmonta su discurso de no reconocer la victoria del Partido de la Liberación
Dominicana, pues su reclamo deja claro que acepta al PLD como la primera
mayoría.
Al desconocer la” regla de oro” para la gobernabilidad municipal, el Partido
Revolucionario Moderno, podría estar buscando generar escarceos que presenten
una nota desagradable, para empañar los actos solemnes del 16 de agosto, con el
deliberado propósito de dar la impresión de rechazo al presidente Medina. Esa
decisión evidencia la miopía de la dirección política de esa entidad, que no ha
medido las consecuencias nefastas que podrían tener la sociedad dominicana y la
imagen del país, si como pretenden se produjeran actos lamentables de
violencia.
Decía mi señora madre, que para pelear se necesitan dos, por lo que la
actitud madura del Partido de la Liberación Dominicana, el Partido de los
Trabajadores Dominicanos, PTD y el Bloque Progresista, expresada en
la voz del presidente Leonel Fernández, de que respetaremos unilateralmente
“la regla de oro” para la gobernabilidad municipal, de seguro contribuirá a
constituir las salas capitulares sin mayores inconvenientes.
Algunos podrían alegar que las salas capitulares tienen la facultad de
elegir quienes la presiden y que la ley no prevé la regla de oro como
obligación. Esos olvidan los lamentables hechos acaecidos en Piedra Blanca,
hace unos años. Olvidan también que la expresión de la mayoría al
seleccionar en la localidad mediante el voto directo, se expresa en el alcalde y
es a este a quien la “regla de oro” garantiza gobernar, por lo que conviene a
bien común su aplicación, por cuanto se constituye en paz social para el
municipio.
Una fuerza política, no puede cometer el desatino, de reclamar su
posicionamiento electoral, mientras desconoce el de las demás. Una dirección
política que compite, pierde y luego promueve el desorden y el irrespeto de los
resultados, contribuye a disminuir sus posibilidades futuras, por cuanto está
sembrando desconfianza y llevando zozobra a la población.
Los municipios tienen una misión que cumplir en beneficio de las
poblaciones que gobiernan sus ayuntamientos, por lo que se hace necesario que
la clase política dirigente, actúe con la responsabilidad requerida. Llamar a
la confrontación y a provocar incidentes, que pueden generar actos
innecesarios de violencia, es un despropósito propio de mentes
delirantes que no comprenden que la convivencia democrática
consiste en gobernar para la mayoría.
Las autoridades del gobierno, deben hacer uso de todos los recursos
persuasivos a su disposición para impedir, que individuos armados o
turbas, agredan las asambleas de regidores en los distintos municipios,
garantizando que estas sesionen libres de presión.
El autor es catedrático universitario y dirigente del PTD
Comentarios