Retos del nuevo gobierno
Por Francisco Luciano
![]() |
Opinión |
El gobierno a instalarse el próximo de
16 de agosto deberá emplear sus energías en hacer mejor lo que ha venido
haciendo bien, acometiendo las acciones que permitan al país superar
déficits fundamentales para continuar el crecimiento y el desarrollo, al tiempo
que se provoque una aceleración en el derrame de las riquezas,
focalizando ese derrame hacia los sectores tradicionalmente excluidos, sin
menos cabo, de los sectores generadores de producción de riquezas.
La idea tiene que ser, provocar
un aumento de la productividad para incrementar las riquezas, imponiendo
políticas públicas tendentes a reducir los indicadores de pobreza
que existen. No se trata de poner límites a las riquezas, como predican
algunos, sino imponer un piso a la pobreza, de manera que cada
quien pueda tener lo necesario para vivir dignamente en nuestro país, en
otras palabras, no se trata de quitarles a los ricos para darle a los
pobres, sino de que los pobres pasen a integrar una clase media que
pueda sostenerse y con la inversión productiva de los ricos, promoviendo que
estos continúen generando riquezas y fomentando empleos de calidad,
para aumentar la capacidad de consumo de la población.
Para cumplir esa meta, deberán
adoptarse iniciativas que conduzcan a generar o superar los cuatrocientos
mil nuevos empleos prometidos para el cuatrienio, en un esfuerzo que tiene que
combinar las acciones del gobierno y el sector privado. Para eso es necesario
pactar y aplicar una reforma fiscal integral, que equilibre la presión
tributaria ajustándola hasta establece un promedio que la coloque en el punto
de equilibrio justo, donde quienes ahora tributan por encima, puedan reducir la
carga, que quienes están por debajo eleven hasta equiparar sus
contribuciones y donde la legión que no aporta nada, pase a
contribuir. Dicho pacto, además debe contemplar una reconversión
impositiva, a los fines de gravar, más que el consumo de las
personas y el capital de las empresas o las propiedades, las ganancias.
Todos los sectores de la economía y los
ciudadanos de a pie deberán contribuir con aportes en función de
sus ingresos a la sostenibilidad económica de los planes y proyectos
de desarrollo contemplados en la Agenda Nacional de Desarrollo
del país hasta 2030.
Concluir el pacto eléctrico,
preservando al Estado como árbitro regulador del negocio de la
electricidad, usando la producción de las plantas a carbón para
establecer el precio de partida de la tarifas a suplir la energía
eléctrica que habrá de servirse a la población y la industria, sobre la
base de contratos que aseguren establecer precios en base a la
oferta, donde se inicie la compra de energía privilegiando a quien venda
a menor precio hasta completar la demanda.
El Estado no debe y la sociedad
no puede, bajo ningún subterfugio comprometer pagos por capacidad
instalada, pues esa forma de negocio, está demostrado, no favorece la
eficiencia.
El combate efectivo a la
delincuencia debe pasar necesariamente por una reforma policial integral, que
modernice a esta entidad, profesionalizándola como un órgano auxiliar del Ministerio
Público, tecnificándola de manera que pueda facilitar la
prevención, persecución y reducción del crimen, pero también va a requerir de
la integración de los actores sociales para hacer la lucha efectiva y eso
incluye la incorporación de tecnología como medio facilitador.
Regular el transito en las principales
ciudades incorporando los cabildos a la aplicación de un plan para
el ordenamiento del mismo que prevea, eduque y castigue a los
transgresores, de manera drástica sin importar, rangos, cargos, alcurnia o
capacidad de presión.
Concluir la construcción de planteles
para alojar las escuelas hasta alcanzar el 100% de la Tanda Extendida,
incorporando la aplicación de un nuevo currículo, que permita integrar
talleres técnicos formativos para dotar a los jóvenes de un oficio
mientras cursan el bachillerato y que asegure el refuerzo en las asignaturas
básicas a los de primaria, dando paso a una educación holística que pase de la
memorización a la extrapolación del conocimiento. Es decir, una enseñanza que
induzca los educandos a pensar y no solo a repetir y memorizar.
Dedicar la inversión del 1% del PIB, en
la educación superior, condicionar la asignación de recursos a las
universidades, a que estas demuestren que cumplen o va camino a cumplir
los estándares de calidad y los compromisos establecidos en el Plan
Estratégico para la Educación Superior.
Toda la inversión llevada a la
educación media y básica en infraestructura y tecnología, podría no dar los
productos de calidad a que aspiramos, si la Educación Superior que es la que
forma los recursos formadores, adolece de lagunas y fallas, por falta de
apoyo financiero, de acompañamiento técnico y de una evaluación rigurosa, por
lo tanto el nuevo gobierno deberá focalizar ese aspecto, si quiere calificar
recursos que puedan suplir la demanda de empleos de calidad que debe generar el
crecimiento económico y la inversión nacional y extranjera.
La conclusión de los proyectos
hospitalarios que se reparan y que están en construcción,
tiene que ser acometida con aplomo, para incorporarlos a la
prestación de servicios a la población en el más breve plazo, ampliando la
cobertura de salud de un mayor número de ciudadanos. Como parte de
universalizar la Seguridad Social, en los dos aspectos, de salud y
aportes para pensiones y jubilaciones.
La reforma política, debe dejar resuelto
la aprobación de la Ley Electoral y la Ley de Partidos Políticos, así como la
necesaria adecuación de una veintena de leyes que han quedado desfasadas a
partir de la entrada en vigencia de la constitución del año 2010, que a seis
años de la trascendental reforma constitucional no han sido ajustadas a
los términos y condiciones de la misma.
El presidente Danilo Medina, deberá
lidiar con la presión del gobierno de Estados Unidos, que insistirá
en forzar una agenda que busca incorporar en nuestra legislación el
establecimiento de sus criterios sobre migración, así como su visión
para la comunidad LGTB.
El tema de la corrupción, tanto
la real, como la que se construye por vía de la manipulación mediática,
constituirá parte del acoso estadounidense al nuevo gobierno, siendo lo
aconsejable, aniquilar cualquier asomo de corrupción en el Estado, actuando
sin contemplación y con energía frente
al fenómeno.
En cuanto al tema migratorio y la
agenda LGTB, el nuevo gobierno deberá agenciar la aprobación de la
Ley de Referéndum y Plebiscito, a los fines de someter al escrutinio
popular el destino de ambos temas, para que sea el soberano
quien decida la dirección en la que caminara la nación sobre ambos
temas e incluso sobre el derecho al aborto. Con ello evitara distraerse en
discusiones que conducen a la pérdida de tiempo en el camino a resolver el
problema existencial de la población.
El liderazgo del presidente Medina
deberá actuar bajo la premisa de la consigna enarbolada en la campaña electoral
“Vamos por más” para avanzar en la automatización del Estado,
incorporando al funcionamiento de las instituciones a un sistema único de
información y la prestación de servicios en línea, lo que facilitaría acercarse
a la propuesta de construir la República Digital.
Danilo deberá vadear importantes retos
internos y externos, para mantener el crecimiento y la estabilidad
macroeconómica, lidiando con intereses diversos y contrapuestos, y con
una oposición que no le dará en esta oportunidad ni el beneficio de
tregua, pero de eso se trata, de alcanzar las metas sobre los obstáculos
que impone el camino y confiamos que su experiencia y pericia, le
conducirán al éxito.
¡En buenas manos está el pandero!
¡Manos a la obra con más fe!
El autor es catedrático universitario y
dirigente del PTD
Comentarios