A Luis Abinader
Por Francisco Luciano
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Opinión |
nLa conducta de la oposición puede explicar porque
el Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados se han impuesto en cuatro
elecciones presidenciales consecutivas. La oposición ha demostrado no disponer
de capacidad para comprender los procesos electorales vividos, pues siempre
llega a la misma conclusión: “Hemos sido víctimas del fraude”. Veamos algunas
actuaciones y conductas de una oposición incapaz de generar esperanzas en la
población:
1.- Incapaz de unificarse en una propuesta que
resulte robusta. Por más que Hatuey Decamps les explicara que dispersos
perderían desde antes de las votaciones, insistieron y se presentaron en siete
candidaturas, para confrontar a un candidato que todas las encuestas colocaban
sobre el 50%.
2.-Presentaron una campaña de denostación contra
un candidato como Danilo Medina que tenía el respaldo de la mayoría,
siendo patológico por lo repetitivo la principal propuesta opositora no dejaba
de mencionar a Danilo Medina por su primer nombre. Abinader actuó
en las menciones a Danilo, mejor que cualquier relacionador público contratado.
Imperdonable error mercadológico.
3.-El principal candidato de la oposición en
un primer tramo asumió las críticas sin propuestas, luego las cambio por
propuestas para mejorar o ampliar las ejecutorias que viene realizando el
actual mandatario. Se olvidó Luis Abinader que lo primero que hizo
Danilo fue listar sus ejecutorias en beneficio de los sectores
vulnerables, agregando de inmediato que “Vamos por más”.
4.- Se empeñó en acusar a las encuestadoras y
a los medios de comunicación que las publicaban de estar “vendidos” al gobierno
y a Danilo.
5.-Durante dieciocho meses no presto la debida
atención a los trabajos organizativos del proceso electoral que venía
realizando la JCE y de repente a cuatro semanas de las elecciones, pretendió
rediscutir toda la organización del proceso y mientras su oponente recorría el
país, explicando su propuesta de país digital e inclusivo y una maquina con su
voz le pedía el voto a el propio Abinader, este consumía su tiempo, polemizando
con la junta.
6.-La población no es tonta y le va a cobrar su
actitud poco elegante frente a los resultados electorales y frente a sus
reclamos de que el conteo se haga de prisa. Esto así, porque cuando se aprobó
contar los votos de manera electrónica, validando el mismo con un conteo manual
del 15% en los tres niveles de votación, Luis, de su propia voz, reclamó el
conteo manual del total de los votos en los tres niveles, a lo que la JCE,
explicó que eso retrasaría el conteo por varios días, a lo que respondió,
“No importa que se tome una semana, que lo cuenten manual y uno a
uno”. Ahora anda como el llanero solitario, de junta municipal en junta
municipal, exigiendo que se termine el conteo inmediatamente.
7.-Luis Abinader se está haciendo daño de
cara al futuro, pues en vez concentrarse en vender la victoria relativa que
obtuvo en los pasados comicios, ha salido a desacreditar el mismo,
intranquilizando a la sociedad con amenazas y bravuconerías insólitas.
8.-Ahora anuncia que acudirá a la solidaridad
internacional para denunciar el fraude electoral del que ha sido víctima, en
unas elecciones que perdió 35 a 62% y de las que más de tres mil observadores
nacionales y 300 internacionales han dado fe de que las fallas no incidieron en
los resultados. Al parecer Luis Abinader, ni nadie de su equipo lee la
prensa, pues si lo hicieran tuvieran conocimiento de que la mayoría de
gobiernos e instituciones internacionales acreditadas han felicitado a Danilo
Medina por su victoria.
Un líder responsable no conduce a sus dirigidos a
la violencia. Un líder que ama a sus seguidores hace todo lo posible por
preservarlo y conducirlos hacia la victoria. Un líder que aspira a dirigir a
todo un pueblo no hace el ridículo de pretender imponer la voluntad del 35%
sobre la decisión soberana del 62%.
Si fuera Luis Abinader me empeñaría en explicar
que independientemente a lo desigual de la campana, mi candidatura
rompió la percepción que reflejaban las encuestas alcanzando más del 30% de los
votos, que ganamos importantes municipios, incluida la capital, cuyos alcaldes
acompañare en la tarea de mejorar los servicios de las poblaciones en los
territorios ganados y que nuestra bancada legislativa se empeñará en
pelear una agenda que legisle para frenar la delincuencia, reformar la Policía,
aprobar la nueva ley de tránsito, la Ley Electoral y la de Partidos, en
democratizar el Presupuesto Nacional para hacer su ejecución más inclusiva,
entre otras iniciativas beneficiosas para el pueblo.
El país continúa y habrá elecciones
presidenciales en cuatro años y para entonces el joven Luis Abinader tendrá
poco más, de 51 años de edad. Alguien debe decirle que tiene tiempo
para ejecutar una estrategia asertiva que le conecte con el votante y
pueda tener la oportunidad de alcanzar su objetivo de ser presidente de la
nación, pero para ello debe conservar lo que en estas elecciones se ganó
y que penosamente puede estar tirando a la deriva.
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