Primavera Latinoamericana
Por Manuel Hernández Villeta/ A Pleno Sol
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Opinión |
Tengo el presentimiento de que se inició
una Primavera de América Latina. Se van a ir rápidamente todos los gobiernos de
neo-izquierda o progresistas que florecieron en la Era iniciada por Hugo
Chávez.
Estamos lejos, y ya es casi imposible
volver a caminar los pasos de las dictaduras militares. La triste época de los
gorilas, pudiera estar superada, pero no las acciones de cambio y vuelta a la
derecha conservadora.
La Primavera Latinoamericana sería sustentada en golpes
de Estado legales. Sacar a gobiernos progresistas aplicando leyes y códigos y
arrinconarlos contra la pared institucional. Esas maniobras se beneficiarían de
un desgaste en el poder, y de pérdida de liderazgo de algunas figuras cimeras.
Un Golpe de Estado tradicional haría
correr la sangre a raudales y convertiría a muchos de estos países en zona de
guerra civil. La Primavera Latinoamericana tendría que ser más sofisticada que
la Primavera Árabe, que sólo llevo la guerra fratricida a todos esos países, o el retorno de
gobiernos militares.
Muchos ilusos pensaron que la simple
utilización del internet y las redes sociales lanzó a miles de
personas a
buscar reformas sociales en Libia, Egipto, Siria, Túnez y otros países árabes.
Hoy se comprueba que en Egipto hay una dictadura militar, encubierta con un
presidente civil; hay en Siria una guerra que destruye a ese país, con la
acción central de las grandes potencias; Libia se debate entre tres gobiernos y
una división territorial por ejércitos privados y en Túnez surge el fantasma de
los militares.
La Primavera Latinoamericana comienza en
Brasil y Venezuela. Ya hay un ensayo en Argentina, Bolivia y Ecuador. Se tiran
las garras en torno a Cuba. Con aprestos de aparente legalidad se trata de
desaforar al gobierno de Venezuela, que tiene el Congreso en contra, y en
Brasil un Impeachment, o juicio político, tiene el cuchillo en el cuello de Dilma Roussef.
Es difícil para Nicolás Maduro, en Venezuela, o Roussef,
en Brasil, escapar a una destitución, si se van por simples motivaciones
legales: lo único que les mantendría en el poder sería la movilización del
pueblo en las calles.
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