Quien es Lula
Por Francisco Luciano
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Opinión |
Considerado una de
las personalidades políticas más notables del siglo XXI. La figura
política de Lula no solamente está vinculada a las importantes
transformaciones que promovió en su país, Brasil, sino que tiene que ver
con el ejemplo de gran superación personal que
representa para el pueblo brasileño, porque Lula ascendió desde ser
un humilde obrero metalúrgico, hasta llegar al cargo
más importante de su país como es el de presidente de la República.
Nacido en el seno de una
familia humilde y numerosa vivió su infancia con las limitaciones propias
que impone la ausencia de su padre en el hogar, hubo de trabajar
desde los doce años, Lula, realizó diferentes oficios: como
limpiabotas, ayudante en una tintorería, vendedor ambulante, etc.
A consecuencia de
las necesidades económicas y pese a ser un estudiante destacado,
debió abandonar los estudios para trabajar a tiempo completo en una
fábrica de tornillos, labor que aprovechó para realizar un curso de
tornero mecánico en 1963.
Durante la dictadura
instaurada por João Belchior Marques Goulart, la detención y tortura de
uno de sus hermanos por causas políticas lo acercaron al sindicalismo y a
la adopción de una actitud de oposición crítica del régimen.
Para el año 1969 asciende
al Comité Ejecutivo del Sindicato y para 1972 se convierte en director
del Departamento de Protección Social del Sindicato. Poco después fue electo
presidente del Sindicato, liderando muchas huelgas que
contribuyeron a la desestabilizaron del régimen dictatorial.
En l 1989 cuando fue
presentado como candidato a la presidencia de Brasil por el
Partido de los Trabajadores, PT, resultando derrotado por Fernando Collor
de Mello, pero abonando a su futuro político. Volviendo a ser postulado en
las elecciones de 1994 y 1998 donde no alcanzo su objetivo. Pero en octubre de
2002 derrota a José Serra, asumiendo la presidencia en enero de 2003.
Durante su gestión de dos
periodos como presidente de la República, impulsó importantes transformaciones que terminaron convirtiendo a Brasil en una auténtica
potencia mundial, al tiempo que logro sacar a decenas de millones de sus
compatriotas de la pobreza.
Lula es el líder
del Partido de los Trabajadores, PT, la principal fuerza política de su país.
A su salida de la presidencia impulsó a la actual
presidenta Dilma Rousseff, quien gobierna desde 2010 y concluirá su
segundo mandato en 2018, momento en que Brasil tendrá que elegir un
nuevo gobernante y Lula ha ofertado al PT, sus servicios como candidato, si así
lo estiman necesario.
Siendo un político a tiempo completo y a la vez la figura mejor
valorada por los brasileños, Lula sin ser candidato se coloca puntero en
la encuestas a dos años de los comicios, situación que al parecer a
desesperado a la derecha que ve, en la posible postulación de este, una
amenaza que les alejara las posibilidades de regresar al gobierno,
lugar del que llevan catorce años fuera y con una nueva victoria del Lula y el
PT, tendrían que prolongar su espera.
Consciente de ello y con
una agenda de conspiración combinada con los intereses norteamericanos que no
aceptan la independencia con la que se han manejado los PT, de las directrices
de Washington, la derecha que aún mantiene el control de importantes estamentos
de la justicia de Brasil, los cuales se agenció antes del ascenso de
Lula, conspiran para amedrentarlo y hacer que desista de sus posibles
propósitos de volver al poder o tratar de desacreditarlo en
el menor de los casos.
Las acusaciones contra Lula
y los escándalos mediáticos para presentar como vulgar ladrón al político más
trascendente y progresista de la historia del gran país suramericano y a un
hombre cuyo modelo de vida disciplinada y de trabajo constante, le condujo no
solo a pasar de un simple obrero a presidente de la República, sino que también
hubo de vencer el cáncer.
Con setenta años,
gozando de buena salud y con una popularidad que espanta, en un Brasil acosado
por malos momentos en la economía, Lula es la principal carta de triunfo del
PT, y la más grande esperanza para los brasileños de retomar el crecimiento
económico. Eso asusta, preocupa y ocupa a la derecha y los gringos.
Esto explica el
show de mal gusto perpetrado por la fiscalía al allanar con espaviento
para llevarlo a declarar cuando, todo el mundo sabía que el propio
Lula se había ofrecido para declarar voluntariamente.
Ahora, las masas
brasileñas han salido a las calles para respaldar a su líder catalizador de
esperanzas y la derecha tendrá que vérsela con Lula en 2018, pues como el mismo
dijera al salir de la comisaria no han dado al león en la cabeza, sino en la
cola y cuando esto sucede el león usa sus garras sin piedad.
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