Por Genris García/VigilanteInofrmativo.com
Amaury Germán Arity y parte de los compañeros |
SANTO DOMINGO.- Con diversos actos
fueron recordados este martes la caída en combate de cuatro jóvenes
revolucionarios en un enfrentamiento desigual con tropas militares y policiales
al servicio del régimen del desaparecido Joaquín
Balaguer el 12 de
enero de 1972, en el kilómetro 15 de la autopista Las Américas.
Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Bienvenido Leal
Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco,
quienes formaban parte de una organización conocida como “Los Palmeros”
enfrentaron a tiros a miles de soldados y policías, que al final del día, se
vieron obligados a solicitar la ayuda de los Estados Unidos para ponerle fin.
La mañana de este martes, al conmemorarse 44 años de sus muertes en combates, decenas de estudiantes, amigos, familiares y autoridades educativas y municipales se dieron cita en el monumento que lo recuerda en la importe autopista Las Américas, próximo al escenario de los combates.
La madrugada del 12 de enero de 1972, los organismos de inteligencias del
régimen de Balaguer, que desde un año antes mantenía un asedio constantes
contra Los Palmeros, lograron ubicar una casa localizada a unos 500 metros de
la referida vía y de inmediato se iniciaron los combates. Los primeros en caer
abatidos fueron Leal Prandy y Cerón Polanco.
Amaury Germán Aristy y Virgilio Perdomo Pérez, lograron llegar hasta una cueva
cercana y allí enfrentaron a las autoridades por más de 15 horas, provocándole
ocho bajas al Ejército y a la Policía Nacional, seis rasos y dos oficiales, el
primer teniente José Germán Brito Rodríguez y el capitán Virgilio Feliz
Almanzar.
Las tropas del gobierno fueron dirigidas por el general Neit Nivar Seijas y
Ramón Emilio Jiménez Hijo, entonces jefe de la Policía Nacional y secretario de
las Fuerzas Armadas de entonces.
El grupo también era conocido como “Los Comandos de la Resistencia” que
decidieron enfrentar a Balaguer con las armas.
Al día siguiente de los combates, la Policía intervino en los entierros, lo que
obligó a doña Manuela Aristy a reclamar a las autoridades “déjenos enterrar en
paz a nuestros muertos”.
En aquella oportunidad doña Manuela proclamó, como sigue haciéndolo 44 años
después, que la lucha de su hijo Amaury y la de sus camaradas no fue en vano.
El primer acto de recordación de Los Palmeros fue organizado en el monumento
construido en su honor por la Fundación Amaury Germán Aristy y el Museo de la
Resistencia Dominicana. Así como por el Ayuntamiento Santo Domingo Este y la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Luisa de Peña, directora del Museo de la Resistencia, destacó que los cuatro
jóvenes defendiendo “los ideales de soberanía, independencia y justicia
social”.
“Es de héroe saber que te enfrentas a cientos de armas y seguir la lucha hasta
morir”, subrayó Luisa de Peña, acompañada de doña Manuela Aristy, madre de Amaury, y Sagrada Bujosa, su viuda.
Destacó que los jóvenes revolucionarios también tomaron las armas para defender
la soberanía nacional durante la revolución de abril de 1965, al lado del
coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, demandando la vuelta a la
constitucionalidad y al gobierno democrático del profesor Juan Bosch, derrocado
en 1963.
De Peña dijo que el objetivo principal del acto de recordación en el monumento,
“es mantener la memoria histórica” y promover entre las presentes y futuras
generaciones “el ejemplo de los dominicanos que en defensa de sus ideales y de
los mejores intereses de la Patria ofrendan sus bienes y vida, en consonancia
con las enseñanzas y ejemplo del patricio Juan Pablo Duarte”.
Luego de dejar flores en el monumento, los participantes en el acto se
dirigieron hasta la cueva que le sirvió de trinchera a Amaury y Virgilio hasta sus
muertes.
Ya en horas de la tarde, decenas de personas, entre familiares, amigos,
militantes y dirigentes de izquierdas, y hasta del gobierno se reunieron en la
Iglesia Las Mercedes para recordar, como cada año desde aquel fatídico día a
los “muchachos del 12 de enero”.
Fray
Santiago Batista, viajó de Higüey exclusivamente a impartir la
misa, en la que recordó a Amaury y sus compañeros, así como a las víctimas del
terremoto de Haití, ocurrida el 12 de enero del 2010.
Dijo que la sangre de Los Palmeros no fue derramada en vano, aunque deploró que
las actuales generaciones no conocen quienes fueron, ya que tiene poca
capacidad de asombro y es más bien una cultura light.
Insistió en que la valentía y el sacrificio de aquella generación de jóvenes no
fueron en vano y consideró que no debe caer en el vacío y el olvido.
Puso como ejemplo los jóvenes que hoy protestan en cadena humana frente a la
OISOE reclamando justicia y derechos, “para mi, son los nuevos Palmeros de
nuestro tiempo”.
Consideró que a muchos que están en el gobierno se le olvidó el compromiso
social, al tiempo que recordó que muchos asistían a la misa del 12 de enero y
hoy están ausentes.
Dijo que el país está transitando por un proceso de inseguridad, sino también
por la corrupción rampante que cada día destruye la institucionalidad del país
por la que tantos hombres y mujeres lucharon.
Aseguró que el gobierno está a tiempo de resolver muchos problemas que tiene el
país.
Exhortó a los jóvenes a armarse, pero con el arma del coraje, de la valentía, de la paz, de la equidad, de la no corrupción, “un joven dispuesto a luchar para crear una República Dominicana nueva”.
Exhortó a los jóvenes a armarse, pero con el arma del coraje, de la valentía, de la paz, de la equidad, de la no corrupción, “un joven dispuesto a luchar para crear una República Dominicana nueva”.
Clamor
por Haití
También Fray Santiago dedicó parte de su sermón al pueblo haitiano confiando
que las próximas elecciones sean limpias y que sus dirigentes no se aprovechen
de las necesidades de la población y que “este pueblo pueda recuperar la
democracia y la tranquilidad”.
Doña Manuela
La madre de Amaury Germán Aristy, doña Manuela Aristy confía que muchos jóvenes despierten.
Dijo que “los muchachos dieron sus vidas para que viviéramos mejor, porque
siempre pensaron en el otro.
Reveló que varias veces le propuso a su hijo Amaury que se fuera a Cuba, y este
le respondía que él no era cubano que su lucha era aquí.
Expresó que Amaury le decía que iba a luchar hasta su último momento y le pedía
que fuera valiente, ya que él sabía que su vida no valía cinco cheles, pero “lo
que lo iban a matar la vida de ellos valía menos porque ellos no sabían por qué
iban a morir, pero él sabía por qué moría”.
Aseguró que por esa razón, Amaury decía “no importa el número de armas en las
manos, sino el número de estrellas en la frente”.
Significó que dentro de un dolor, siempre hay un alivio, una esperanza.
Viejos combatientes
A la misa asistieron viejos camaradas de Los Palmeros, así como militantes y
dirigentes de la izquierda dominicana que cada 12 de enero van al templo a
honrar su memoria.
Entre los presentes se encontraban Esteban Díaz Jáquez, presidente del Partido
de los Trabajadores Dominicanos (PTD); el senador de Espaillat, José Rafael
Vargas; el viceministro de Educación, Luis de León.
También Eligio Blanco Peña (El Pai), Manuel Eugenio Santana, José Bujosa
Mieses, José Manuel Rosario, Sagrada Bujosa, Julio César Rodríguez, Altagracia
Paulino (Taty), Antonio Llano Soriano, Rafael Rodríguez.
Igualmente se encontraban Onofre Rojas, Radhamés Alma, Manuel Arias,
Buenaventura Bueno, Melton Pineda, José Vargas González, Carmen Mazara, Ignacio
Soto, Mireya Mazara, Cristina Díaz, Teresa Espaillat, Héctor Llanos (Tolingo),
Anulfo Reyes, entre muchos más.
Al final de la misa, personas agrupadas en el movimiento Poder Ciudadano se
presentaron a expresar su solidaridad con los familiares de Los Palmeros.
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