Diputado nacional y voto preferencial
Por
Francisco Luciano
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Opinión |
El
diputado nacional por acumulación es una figura instituida en los países
democráticos, con la intención expresa, de garantizar representaciones
a las formaciones políticas que no logran obtener curules en
las demarcaciones territoriales, pero que alcanzan una votación a
nivel nacional que acumulada prueba su nivel de
respaldo y por lo tanto merecen estar representados en el Congreso.
En resumen, el diputado
nacional por acumulación representa a expresiones políticas de minorías en el Congreso.
Con esa figura se permite a los partidos minoritarios obtener
representación en el poder legislativo, en el entendido de
que todas las ideas y corrientes del pensamiento tienen el derecho
a expresarse en el Congreso, incorporándolas y comprendiéndolas, de paso
con respetar el Orden Institucional, ya que se les concede la oportunidad de
decidir sobre el curso y las normas de la sociedad con su participación, lo que
evita que recurran a acciones extremas para ser escuchados.
En República Dominicana,
tenemos diputados que ocupan una curul con menos de cinco mil votos, como son
los casos de demarcaciones como Pedernales y Elías Pina, para citar
solo dos casos, sin embargo tenemos fuerzas políticas que
alcanzaron entre cinco y doce veces más votos y no tienen
ninguna representación y esto ocurre porque un reglamento, reparte los cinco
representantes por acumulación entre los partidos mayoritarios, lo cual
constituye una negación del principio de representación de las minorías.
Tal iniquidad se fundamenta en
que: a las fuerzas minoritarias se le exige alcanzar una votación
porcentual mínima, no haber logrado representación en ninguna parte del
país y no haber participado aliadas a ningún partido mayoritario, es
decir, aunque no alcancen una curul, si van aliados a otras fuerzas que
si lo logran, los partidos minoritarios no tienen derecho a optar por una curul
nacional, aunque sobrepasen el porcentaje mínimo exigido.
Eso fuera justo, si
ese mismo reglamento no dispusiera que esas curules se repartan entre los
partidos mayoritarios, que además de ir aliados también, han logrado
representación e incluso representación de mayoría absoluta como el caso de
nuestro aliado, el Partido de la Liberación Dominicana.
El otro
elemento de iniquidad para asignar los diputados por acumulación nacional, lo
representa el que, la suma de los votos obtenidos por los partidos minoritarios
es incorporada a la de los partidos mayoritarios, en tanto que fuerzas que personifican
las alianzas y los mismos forman parte de la votación alcanzada por la
coalición al momento de distribuir las representaciones territoriales al Congreso,
aumentando la cantidad de legisladores de esas fuerzas.
Como se
puede apreciar, los partidos mayoritarios amplían
su representación congresual engulléndose los votos de sus aliados
pequeños, al tiempo que les impiden, por fuerza de un injusto reglamento,
acceder al derecho de estar representados en el Congreso. Nótese
que en las últimas elecciones congresionales realizadas en el país, los
partidos emergentes o minoritarios aportaron entre un siete y un dieciséis por
ciento de la votación a los respectivos bloques de alianzas en que
participaron.
Lo
correcto es asignar las cinco curules a las fuerzas, que sin haber
alcanzado ninguna representación territorial, obtengan la mayoría de votos
dentro los partidos emergentes, sin ninguna condición de porcentaje y sin
importar si concurren aliadas o separadas, pues el diputado nacional por
acumulación lo que busca es garantizar la representación de las
formaciones minoritarias, pues, en nada beneficia o perjudica a la
sociedad que una fuerza política que tiene cien legisladores, se
adiciones dos o tres más.
En cuanto al voto preferencial
como se ha venido aplicando, a lo único que contribuye es a promover la
competencia a lo interno de los partidos, pues pone a los aspirantes a
pelear contra sus propios compañeros de boletas por la preferencia
de la franja de votantes de su litoral, al tiempo que limita al votante a
escoger a un solo legislador dentro de la boleta de un partido.
Lo ideal sería que los
ciudadanos tuviésemos la oportunidad de votar por tantos candidatos a
diputados como tengan nuestras demarcaciones, sin importar que todos sean
del mismo partido o de distintos, es decir, que si mi localidad
tiene tres diputados, yo pueda votar por tres candidatos diferentes, sin
importar que estos sean de partidos distintos.
El
actual sistema no es preferencial, es demencial y desgarrador, pues en muchos
casos la competencia entre compañeros por una curul, ha devenido en
desgarramiento para los propios partidos. Evaluar la conveniencia entre
permitir el voto abierto por tantos candidatos como curules existan o volver al
voto de lista cualificada es preferible, a la situación
actual. Total, lo único que habría que establecer en caso de que se
entienda conveniente regresar al sistema de lista cualificada, es que,
el orden de las candidaturas en la boleta será en función de
los votos que los postulados obtengan en las primarias o convenciones de
los partidos.
Corresponde
al presidente Danilo Medina, correr una iniciativa para que la ley
corrija, tanto la iniquidad al otorgar las diputaciones por acumulación
poniendo estas a disposición de las minorías como la corrección en la
actual manera de seleccionar los diputados por demarcaciones.
El
autor es catedrático universitario y dirigente del PTD
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