Acción descabellada e insolente
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Francisco Luciano (Opinión) |
La sociedad dominicana ha sido
enterada de que los médicos residentes, han sido llamados por el
presidente del Colegio Médico Dominicano, CMD, a paralizar los hospitales
del país, demandando que la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, deje
sin efecto un aporte que deben hacer para certificarlos como médicos
especialistas.
Es preciso edificar a la
sociedad sobre el particular, pues el manejo mediático que se le viene
dando al caso está induciendo a pensar que la Universidad extorsiona a
sus alumnos, lo cual dista mucho de la verdad.
La Universidad sirve educación
en dos niveles: el grado y el post grado. El grado es la carrera básica
que cursa el estudiante que viene del bachillerato y esta no tiene costo, pues
el Estado la financia totalmente por vía de la UASD. Los
estudios de post grado están dirigidos a profesionales en ejercicio que desean
calificarse, actualizarse y en consecuencia cotizarse mejor en el
mercado laboral.
El post grado por estar
dirigido a profesionales graduados no es financiado por el Estado y en
consecuencia es autogestionario, es decir, que los profesionales que cursan
estudios de post grado deben realizar los aportes necesarios para cubrir
los costos de los mismos. El aporte económico que hacen a la
Universidad los estudiantes que optan por la carrera de medicina en
cinco años, es en promedio de RD$2,000.00 por la totalidad de
los créditos de la carrera completa
A
quienes se les está pidiendo estos aportes, no son estudiantes de
grado, son profesionales de la medicina en ejercicio que han optado por
realizar una especialidad de la medicina con el propósito de calificarse
mejor y en consecuencia aumentar su valor en el
mercado. A estos el Estado, por vía
de la Universidad les financió de manera gratuita la carrera de medicina
general, que es la que precisamente están ejerciendo en los hospitales públicos
bajo contrato laboral con el Ministerio de Salud Pública, al tiempo que
acumulan casos y experiencias para obtener de la Universidad el título
que les acredite como especialistas de la medicina en la especialidad
en que se están formando.
Como se puede apreciar en el
caso de los médicos residentes se trata de profesionales en ejercicio, que ya
se encuentran colocados en puestos de trabajo donde son
remunerados. Con la especialidad buscan mejorar su calificación
profesional que les permitirá obtener mejores ingresos con su ejercicio
futuro. Si comparamos el aporte que les pide la UASD, (6,000.00 pesos al año)
con el que hacen sus homólogos de las demás universidades
nacionales, tendríamos que aceptar que lo que les pide la UASD es una
ridiculez.
La actitud del Colegio
Médico Dominicano, puede ser un ejercicio de solidaridad equivocada, que
busca obtener popularidad de sus directivos en ese sector votante
dentro CMD, pero es un acto de incoherencia institucional del
gremio médico, debido a que ellos, nunca han protestado por los
cobros que hacen las demás universidades del país a sus médicos
residentes y a esos dependiendo de la universidad les cobran 72,000
mil pesos anuales o más , por certificarles las residencias
médicas. ¿O acaso, esos no son miembros del Colegio Médico
Dominicano?
De aceptar como legitimo el
llamado a huelga en los hospitales públicos en protesta por una revisión de
tarifas en la universidad donde se estudia, podría estar
gestando un mal precedente para la sociedad dominicana. Si a los
médicos residentes se les permite paralizar a salud pública, que es su lugar
de trabajo y donde tienen un compromiso laboral por el que
reciben un sueldo, bajo el alegato de que la academia donde
estudian les ha impuesto un tributo o les han aumentado un servicio, entonces
todos los sectores tendrían derecho a extrapolar sus frustraciones al lugar de
trabajo ¿Ustedes se imaginan a los policías en huelga porque les subieron
la luz o el pasaje? ¿O a los maestros paralizando la educación pública
porque les subieron la gasolina? Es como para reflexionar un poco sobre lo
absurdo del planteamiento.
El presidente del Colegio
Médico es profesor de la primada y conoce con exactitud las precariedades en
que se desenvuelve dicha academia y sabe que el aporte que se les
pide a los médicos pasantes es insignificante frente a los costos que tiene esa
institución. Cualquiera se resiste a creer que se esté usando el
prestigio del Colegio Médico Dominicano para presionar a rivales
académicos a lo interno de la UASD y que de paso se esté dañando a la población
más vulnerable, que es la que acude a los hospitales públicos y que además ha
financiado las carreras de esos mismos médicos.
Si el Colegio Médico
Dominicano, su presidente o cualquiera de los que se sienten afectados con la
medida la considera ilegal, pueden hacer uso del derecho y demandar su anulación
ante la corte competente; pero eso de paralizar los hospitales porque la
Universidad aplicó tal o cual medida es una acción descabellada,
insolente y carente de razón.
El autor es catedrático
Universitario y dirigente del PTD.
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