Casa del Conductor eliminó extorsión y ayudó a crear sistema de justicia imparcial
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Casa del Conductor |
SANTO DOMINGO.- La Casa del Conductor defendió el papel de asistencia y
mediación que durante 14 años ha ofrecido esa entidad a las personas
afectadas por accidentes de tránsito y aseguró que con ese servicio se
inició un proceso de transformación cultural y se estableció un sistema de
gestión imparcial y una administración de justicia con equidad, con servicios
eficientes y oportunos, donde no se necesita recurrir al soborno para
tener acceso a un derecho.
En respuesta a recientes declaraciones de la directora de Pro-Consumidor,
la Casa del Conductor recuerda que antes de que fuera establecido ese
servicio mediante acuerdo entre el Estado y la empresa CMA, los
conductores envueltos en accidentes de tránsito con personas lesionadas,
generalmente quedaban detenidos en una celda inmunda con delincuentes
comunes, expuestos a todo tipo de riesgos.
Consideró insólito que una autoridad responsable de defender los derechos
de los consumidores califique de potenciales asesinos a los ciudadanos
envueltos en ese tipo de percances.
“La señora Altagracia Paulino se extraña de que en ningún otro país del
mundo exista una Casa del Conductor, y en este sentido debemos recordarle que
probablemente en ningún otro país del mundo existían los niveles de ilegalidad
y de corrupción con que se trataban los casos de accidentes de tránsito
en la República Dominicana. Por lo tanto debería sentirse orgullosa de que el
país haya sido capaz de superar esa bochornosa cultura”, expresa la entidad de
servicio.
Sostiene que para la época en que surgió la Casa del Conductor, las
actas policiales se alteraban y se vendían al mejor postor, sobre todo a
bufetes de abogados que se dedicaban a estos casos para tratar de cobrar
cifras millonarias a las compañías de seguros. Y agrega que “Los
certificados médicos legales también se prestaban al fraude, y algunos médicos
legistas colocaban yesos hasta en sus casas para facilitar las demandas de los
abogados”.
“Como no existía un sistema eficiente de justicia para este tipo de
casos, terminaba imperando la ley del dinero. Si usted tenía suficiente
dinero para pagar, salía de la cárcel, y si no se quedaba en espera de
una solución impredecible. Pero si no tenía dinero o relaciones para
quedarse en un banco del destacamento policial, entonces debía
permanecer detenido junto a los delincuentes comunes”, apunta en una nota
de prensa.
Y asegura que en el viejo modelo tampoco se prestaba el servicio 24 horas 7
días a la semana como lo manda la ley y muchos contratos de fianza se
manejaban de manera fraudulenta.
“Las personas fallecidas en accidentes de tránsito permanecían en los
paseos de las carreteras y en las aceras durante horas, ya que los
médicos y la autoridad policial no contaban con el presupuesto y la logística
para trasladarse al lugar correspondiente y hacer levantamiento”.
Un cambio radical
Asegura que con la Casa del Conductor se inició un proceso de
transformación cultural y se estableció un sistema de gestión imparcial, con
servicios eficientes y oportunos, y una administración de justicia con
equidad, donde no se necesitaba hacer uso del soborno para tener acceso a un
derecho. También se eliminó el tráfico de influencias, reinó el principio de la
igualdad y desapareció la necesidad de llamar a General amigo para
que resolviera el problema.
“La filosofía que inspiró la creación y la existencia de la Casa del
Conductor es que ningún ciudadano decide voluntariamente tener un accidente de
tránsito y si por alguna circunstancia tiene que vivir esa traumática
experiencia debe contar con el apoyo de una instancia imparcial apoyada por el
Estado para responder ante la ley sin necesidad de sufrir un castigo mayor ni
ser sometido a extorsiones económicas por encima de sus obligaciones y
posibilidades”, señala.
Una cárcel especial
La Casa del Conductor es una dependencia de la Dirección de Prisiones que
funciona como una cárcel especial en los casos de accidentes de cierta
gravedad. Si un asegurado es detenido por hechos relacionados con un
accidente de tránsito que no tenga que ver con otros delitos, es detenido en la
Casa del Conductor en una habitación confortable con baño privado,
aire acondicionado, televisión con cable, almuerzos y otras facilidades.
Si el accidente sucede fuera de Santiago o Santo Domingo, la Casa del
Conductor traslada al ciudadano a sus instalaciones.
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