A Pleno Sol
Manuel Hernández Villeta (Opinión) |
La violencia puede ser detenida. Ningún país que tenga en pie de lucha a
sus ciudadanos puede ser vencido por la violencia. En zonas de América Latina
el panorama es aterrador. En México, todo indica que el crimen es el rey, pasa
lo mismo en Colombia y otras naciones de centro y Sudamérica.
Nosotros estamos a la vuelta de la esquina. El descuido eterno a nuestra juventud
lleva al paso en falso de que muchachos descarriados integren los escuadrones
de la violencia y de las violaciones a las leyes. ¿Cuándo comenzó?. Entre 20 y
30 años atrás se dieron los primeros pasos, y nadie hizo nada.
Cuando la juventud dejó de tener horizontes políticos, comenzaron a
florecer las soluciones económicas inmediatas. Las ideologías se fueron al
zafacón, cuando no se le encontró salida a una crisis social y a un estancamiento del sistema, pasividad que prefieren los poderosos a tener
que lidiar con jóvenes rebeldes.
En época tan reciente – en los procesos sociales el tiempo cuenta poco-
como los doce años, el problema principal de los jóvenes era encontrar un
espacio para protestar, para sacrificarse por el país, para luchar por un
futuro mejor.
El reflujo político trae la dispersión, al amodorramiento social, y el
perder las esperanzas. De ahí, el siguiente paso es entrar a los recovecos del
crimen y el narcotráfico que dan una falsa protección a sus
soldados rasos que vienen del corazón de la miseria.
La primera acción para comenzar a derrotar el crimen, es iniciar programas
sociales, que no estén solo en los periódicos, sin que en la praxis vayan en
mejoría de todos los sectores de la sociedad. En los
barrios muchos se mofan de los que van a estudiar a la universidad, y les
pasan, siendo semi-analfabetos y sin trabajos conocidos, en vehículos
aceptables, para enrrostrarle que su camino es diversión y dinero fácil.
Vamos a derrotar la violencia y el crimen llevando a cabo amplios programas
sociales, que eleven las condiciones de vida de todos los dominicanos. El
camino del plomo no soluciona los males, sencillamente elimina a uno, para que
otro tome su rigor.
La justicia y las autoridades tienen que actuar contra el crimen, pero esas
son acciones que se toman luego de cometido el hecho, en un plano de
reivindicación social. De lo que se trata es de prevenir
las causas que generan esa violencia.
La juventud dominicana tiene causa y sabe su camino, aunque sectores que se
van ampliando caen en las garras de los vicios, la violencia y las drogas. Si
hay medidas salvadoras de corte social, se mantendrá la fe en el futuro.
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