Ecología y Pobreza
A Pleno Sol
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Manuel Hernández Villeta (Opinión) |
La lucha por
la defensa de la ecología en la República Dominicana parece más una
acción temperamental y de figureo, que un firme compromiso con la preservación
de los recursos naturales y crear áreas protegidas.
Los
representantes de los movimientos ecologistas parece que siempre buscan
cámaras, pero no se le nota una propuesta para corregir la situación que puedan
generar empresas nacionales e internacionales, que al operar mantienen una alta
contaminación.
Además,
entre la preservación de los recursos naturales y plantear salidas que no
perjudiquen a los que residen en las zonas que se busca proteger, hay
diferencias que pueden ser de mucho interés darle seguimiento.
Al no haber
propuestas firmes y decididas -que no sean en algunos casos quemas de
gomas y lanzar piedras- las multinacionales se ríen de los proponentes, y se
han dado algunos casos en que vencen a los militantes por el cansancio o
por bajar éstos su capacidad de lucha.
Hay que
tener un programa permanente de lucha, con escenas para la televisión o sin
ellas, con primera página de los periódicos, o sin ellas, para levantar la
conciencia nacional en lo que se refiere a que se protejan nuestros recursos
naturales.
Los de la
Sociedad Civil que luchan por la ecología son excluyentes; para ellos en esos
movimientos solo deben participar el puñado que le da origen, los que puedan ir
a programas radio-televisos y los que de una u otra forma hacen capital
profesional con sus demandas, aunque éstas queden en el aire.
La
preservación ecológica debe estar al servicio del hombre. Poco se gana con
salvar una loma llena de alimañas, si se desaloja a los campesinos que hay
allí, y no se les ofrece otra alternativa, que no sea morirse de hambre.
Y aunque a
muchos les duela que se lo digan, la lucha por la preservación de la ecología,
de los recursos naturales, primero tiene que pasar por el respeto al hombre,
por la preservación de la vida, porque todos tengan el derecho y la cobertura a
comer.
Si al ser
humano no se le dan las facilidades inherentes a su condición de ente social no
productivo, entonces es una ilusión irresponsable pensar que puede
llegarse a corregir distorsiones en lo que se refiere a la ecología, y áreas
protegidas.
Que se una
la lucha por los recursos naturales, con los esfuerzos para la sobrevivencia
del dominicano pobre.
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