Politica, economía

miércoles, enero 15, 2014

PLD después de los votos


A Pleno sol
Manuel Hernández Villeta (Opinión)

Los resultados del Congreso eleccionario del Partido de la Liberación Dominicana  abren el apetito reeleccionista a dirigentes y militantes. El aparente avance de los seguidores de Danilo Medina pone en muchos pensamientos la posibilidad de que se puede seguir por un período más, o sea la reelección.
 
Nada impide que así pueda ser. La Constitución puede ser modificada si se cuenta  con los votos y la voluntad política para llevar a cabo esa tarea. Lo importante sería determinar si la verdadera correlación de fuerzas haría posible un intento de reelección.

En el buen lenguaje político la reelección solo la puede dar el pueblo el día de las votaciones, lo que se haría es un intento de repostulación, que ya le fracasó a Hipólito Mejía cuando trató de seguir en el poder.

En un programa con miras a las venideras elecciones, los resultados del Congreso peledeista son solo un punto de referencia. La cantidad de miembros que tenga Danilo o Leonel en la autoridad partidaria, no es seguridad de una reelección.

Lo  fundamental es que  el presidente Danilo Medina no ha dado una sola demostración de que esté pensando en modificar la Constitución de la República, aunque si hay seguidores suyos que quieren iniciar esos trámites.

Pero el Congreso si tiene una lectura inmediata, que es determinar la correlación de fuerzas que cohabita en el PLD. Lo que a simple vista se pone de manifiesto es que sólo hay dos liderazgos sólidos, el de Danilo y el de Leonel.

Ningún candidato a la presidencia de la República se puede presentar con éxito en el PLD si no cuenta con el respaldo de Leonel y Danilo, de los dos juntos. La abstención en el trabajo de uno u otro, sería mortal para los morados.

En vez de estar buscando quien ganó o quien fue derrotado en el Congreso eleccionario, los peledeistas deben fortalecer su unidad interna. En frentes electorales siempre surgen las heridas, y para bien del futuro no deben profundizar esas lesiones.

La división en los partidos políticos no es por el color de las corbatas, ni la sonrisa de sus dirigentes, sino por la fiera lucha por el poder. Cuando se hace reparto equitativo entre todos los sectores que representan el frente de masas, se preserva la unidad.

La unidad se conserva en base al respeto y la concertación, no levantando consignas fuera de época y banderolas de triunfos que despejan la concertación.

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