El beisbol, la política y la manipulación subliminal
Por: Domingo Abreu Collado (Opinión)
![]() |
Leoen Fernández, ex presidente |
Observando la filmación de la trompada que
supuestamente le propinó José Offerman al árbitro Daniel Rayburn el 17 de enero
del 2010, durante la celebración de un partido de pelota entre los Tigres del
Licey y los Gigantes del Cibao, se podría sospechar que dicho árbitro preveía
la reacción que tomaría Offerman, por lo que estaba listo para caer al suelo
sin que hubiera un real contacto entre el puño de Offerman y el mentón de
Rayburn. ¿Qué estaba ocurriendo entonces? Que se estaba desarrollando toda una
provocación para llevar a los Leones del Escogido al triunfo del campeonato de
esa temporada, provocación en la que estaban implicados todos o parte de los
árbitros.
¿El objetivo? Llevar al símbolo de Leonel Fernández:
el león, a la psiquis de la población. Es decir, meter subliminalmente en el
subconsciente de la población la imagen del “león triunfante”, “el león
fuerte”, “el león invencible”, “el león que todo lo puede”, incluyendo poder
venderle el país a las empresas mineras bajo contratos tan “leoninos” como el
de Barrick Gold. Y naturalmente, con la anuencia de la población, pues lo
estaba haciendo “el león”. En este punto, por favor, pregúntense: ¿quiénes son
los dueños del Escogido? Seguimos.
El año siguiente, 2011, el 19 de febrero, ocurría en
la villa denominada “La Serenísima”, propiedad de Gustavo Cisneros en Casa de
Campo, lo que describe Miguel Bonasso en su libro “El Mal: el Modelo K y la
Barrick Gold”, que dice:
“El domingo al mediodía los conjurados recibieron la
visita del presidente de la República Leonel Fernández, que almorzó con ellos.
El presidente Fernández le había otorgado la nacionalidad a Gustavo Cisneros por
su “larga vinculación con Dominicana” y, sobre todo, porque era el director de
la Barrick, dueña de la mina Pueblo Viejo, en la que supuestamente invertirían
3,000 millones de dólares para quedarse con 20.4 millones de onzas de oro y
otras menudencias. George Herbert Walker (George Bush) pensaba que Leonel era
un buen tipo, otro presidente amigo: durante seis años la empresa no tendría
que pagar un solo dólar de impuestos o regalías hasta amortizar su inversión”.
Este párrafo se refiere a la reunión sostenida en ese
sitio entre Gustavo Cisneros, Gorge Bush padre, George Bush hijo, el primer
ministro de Canada Brian Mulroney, ex jefe de gobierno de España José María
Aznar, el ex presidente de Colombia Alvaro Uribe, y el propio Leonel Fernández.
Todos vinculados a los negocios de Barrick Gold en América Latina.
Para que todo este complot contra la economía
dominicana y contra sus recursos naturales pasara inadvertido entre la
población, entre otras cosas había que contar con la mentalidad del dominicano,
una mentalidad en la que el beisbol tiene mucho que ver. Tanto así, que la
gente ve a los partidos políticos de la misma forma que ve a los equipos de
pelota. Es decir, “no importa lo que ocurra, ese es mi equipo”. Por esa razón
el Escogido empezó a ser un equipo “ganador”. Había que colocar “al león” en la
cima de la popularidad.
Veamos lo que está ocurriendo ahora.
Un comentario reciente del dirigente del Licey, Manny
Acta, levanta una esquina de la sábana con que se arropa el beisbol dominicano
en esta temporada:
“Y que se sepa… que hay muchas personas que desde hoy
jamás les volveré a tener el mismo respeto…”
“¿Para que eso trabajé un año entero? Y me he alejado
de mi familia por 4 meses? Gane o pierda mañana, me siento avergonzado de ser
parte de esto!!!”
Estos comentarios de Manny Acta entran dentro del
contexto con que se está manipulando el beisbol dominicano, no cabe duda.
Pero, ¿qué otras cosas están ocurriendo? Si volvemos a
las razones por las que José Offerman le tiró una trompada a un árbitro en el
2010 nos encontraremos con que las mismas razones vuelven a estar en juego.
No soy todo lo fanático como propiamente se le llama a
un simpatizante del beisbol, pero me gusta ver el juego, y en varios juegos vi
cosas como a Anderson Hernández poncharse varias veces con strikes cantados en
un mismo partido. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo puede ocurrirle esto a un bateador
como Anderson Hernández? Porque el árbitro de home lo decidió cada vez
aprovechando bolas bajas que decididamente no eran strikes. Hasta los
comentaristas de esa noche lo notaron, añadiendo que “no hay forma de armarle
una guerra a los árbitros”.
Leonel Fernández necesita recuperar su popularidad, y
para lograrlo él y su grupo invertirán todo lo que sea necesario, harán todo lo
que haya que hacer, incluyendo la manipulación de la mentalidad deportiva
beisbolista de los dominicanos. Por esta razón se están empleando a fondo para
llevar “al león” al triunfo en esta temporada de pelota.
Los peloteros del Licey tendrán que tirarle a todo lo
que venga por el home-plate, están obligados a tirarle a todo lo que venga de
“la lomita” para no ser ponchados por los árbitros, porque es casi evidente que
el juego para llevar al Escogido al triunfo, y al león Leonel a la popularidad
y a la impunidad está armado, y hay que desarmarlo a batazo limpio.
Recordemos todos cómo comenzó el incidente con José
Offerman aquel 17 de enero, copio la noticia: “Todo comenzó cuando el árbitro
de home plate Jason Bradley expulsó al receptor Ronny Paulino por supuestamente
protestar conteo de bolas y strikes,..” El problema tuvo su inicio en “el
trabajo” de los árbitros, el mismo problema que se está presentando ahora.
Esperamos que en esta ocasión José Offerman no tenga
que entrar al terreno. Esperamos que hacer justicia esta vez le toque al
público beisbolista, a los dominicanos que queremos un beisbol sin manipulación
política, un beisbol en el que prime la competencia deportiva y no dé cabida a los
intereses mezquinos y megalómanos de los políticos.
Comentarios