Recordando las ideologías
Por Manuel Hernández Villeta/ A Pleno Sol
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Opinión |
Como pasó en la guerra fría, las grandes potencias se dividen sus zonas de intereses. Hay todavía fundamentos ideológicos en el corazón de millones de personas, pero un ideal colectivo está congelado.
Para
volver a la lucha con fundamentos ideológicos habría que conquistar a las
nuevas generaciones, a las cuales hoy eso les importa un pepino. Los jóvenes
que son los encargados de realizar los cambios, hoy son indiferentes ante los
graves problemas que tenemos los dominicanos.
A raíz de
la muerte de Trujillo fueron los jóvenes, muchos de ellos adolescentes, los que
salieron a las calles a luchar contra los remanentes del tirano. Después del
Golpe de Estado a Juan Bosch cometieron errores, como las guerrillas de Manolo
Tavarez Justo, pero vibraron de patriotismo en la revolución de abril del 1965.
Esos
jóvenes regaron con su sangre todos los rincones del territorio nacional, en la
lucha sin tregua contra el gobierno de los doce años del doctor Joaquín
Balaguer. Esa generación hoy es polvo o peina canas. No pudo alcanzar el
triunfo y dejó una fecha libre para los recordatorios, los panegíricos
sobre su heroísmo y las ofrendas florales.
La
generación contestaría de los 60, 70, 80 pasó sin dejar sembrada la semilla de
la eterna lucha ideológica por el bien común. Desapareció de la escena pública
y hoy solo quedan los recuerdos y el vivir en el pasado, de muchos de sus
dirigentes eternos.
Si las
nuevas generaciones son amorfas en fundamento ideológico, no es su
responsabilidad. Fracasaron los que tenían los pies en Santo Domingo, y la
cabeza en la lucha de las grandes potencias de izquierdas. Las tendencias
chinas o soviéticas los llevó a un acantilado sin retorno.
Los
problemas sociales no han cambiado en los últimos 60 años en la República
Dominicana. Hambre; desempleo; violencia; corrupción; falta de tierras
para cultivar; analfabetismo; ausencia de una política hospitalaria; el
sindicalismo ahogando el año escolar, en medio de burócratas irresponsables:
las riquezas en pocas manos... Todo sigue igual.
Seamos
realistas, hoy más que divisiones, lo que se necesita es una gran alianza
nacional para hacer frente a nuestros graves problemas. Las votaciones no harán
un milagro. No serán un elixir para una salvación maravillosa. Las elecciones
no van a solucionar los males. Cambiaran las caras y todo seguirá igual. ¡Ay!,
se me acabó la tinta.
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