Politica, economía

jueves, julio 07, 2016

La Agenda Nacional

Por Francisco Luciano
Opinión
El país tendrá que vivir en los próximos meses, un interesante debate que deberá conducir a las fuerzas políticas, sociales y económicas a confrontar sus ideas, planes y proyectos, habiendo de decidir cuál  es el país que queremos tener y que obligará a pactar una agenda de desarrollo para implementar la Estrategia Nacional de Desarrollo definida hasta 2030.

Desde antes de ser electo en 2012, el entonces candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, del Partido de los Trabajadores Dominicanos, PTD y docena de partidos aliados, Danilo Medina, se planteó alcanzar la firma de tres grandes pactos, necesarios para afianzar  el aparatado productivo del país sobre bases sostenibles. Danilo Medina, se propuso liderar un Pacto por la Calidad de la Educación, un Pacto Eléctrico y un Pacto Fiscal.

El Pacto por la Educación fue suscrito en 2013 y hasta la fecha el gobierno ha cumplido con la asignación del 4% del PIB, y ha desarrollado un acelerado programa de construcción de escuelas, remodelación de muchas edificaciones educativas y avanzado en la incorporación de una buena cantidad de estas a la denominada Tanda Extendida, mejorando las atenciones a alumnos suministrándoles alimentos, libros, uniformes y atenciones médicas. Del mismo modo se ha establecido como norma la selección de los docentes por concurso de competencias y mejorado los salarios de los mismos.

Sobre la mesa se encuentran la discusión del Pacto Eléctrico y el Pacto Fiscal, que han encontrado  obstáculos producto de los intereses encontrados,  que cohabitan  en la sociedad dominicana.  La resistencia natural de un empresariado que desea mantener  vigente unos contratos eléctricos que  les conceden derechos y beneficios irritantes en el negocio  de la energía, en detrimento del Estado y la sociedad  dominicana, así como de importantes incentivos y subsidios que sobrepasan la equivalencia del  20% del Presupuesto Nacional.

Transcurridas las elecciones y planteada la necesidad de suscribir un Pacto Fiscal que permita a la sociedad dominicana adecuar sus políticas impositivas, reducir las exenciones  y  elevar la calidad del gasto público, para garantizar el financiamiento del país que queremos, ha provocado que el empresariado liderado por el CONEP respondiera con una línea de ataque  que ha sido tradicional en ellos.

Frente al tema de los impuestos el liderazgo empresarial ha sido reiterativo en ripostar  acusando a la clase política de ineficiente y corrupta en el manejo de los ingresos públicos, es solo que esta vez, desde el gobierno por vía del ministro Peralta, de aceptarles desnudar la “supuesta” corrupción política con la  publicación de los políticos corruptos a cambio de  publicar la relación de los empresarios evasores de impuestos, ante lo cual cambiaron el CONEP  en voz  de su presidente asumió como discurso  de la oposición política  en lo relativo a cuestionar los resultados de las elecciones, calificándolas de fraudulentas y  puesto como condición discutir primero la agenda política, es decir,  aprobando la Ley Electoral y de Partidos Políticos, exigiendo cuotas en la Junta Central Electoral, las Altas Cortes y la Cámara de Cuentas, bajo el alegato de que dichos organismos tienen que ser integrados por personas independientes.

Desde el gobierno se asumió la agenda propuesta por el CONEP, y no podía ser de otra manera, porque esa agenda es la misma que propuso el presidente Danilo Medina, días después de su elección como presidente en una alocución  dirigida desde el local del PLD en  Mayo 2012, en la que  planteo la necesidad de dotar al país de una Ley de Partidos que garantice la democracia interna de estas instituciones, más equitativa e inclusiva, así como una Ley Electoral, donde se limite el uso de recursos económicos poniéndole un tope a los gastos de campaña al partido que menos pueda, que regule la publicidad y la propaganda política, así como que transparente la contribución privada a los partidos y candidatos.

El debate al que tendremos que acudir, los empresarios se preparan para repartir lo que no tienen y preservar lo que tienen y para  ello han iniciado tratando de presionar para que el gobierno les entregue las plantas a carbón construidas en Punta Catalina, Bani, las mismas plantas que trataron de satanizar, primero calificándolas de contaminantes, luego de mafia en la licitación, después de sobre  valuadas  y finalmente como responsable de la supuesta quiebra del Banreservas.

El gobierno tendrá que acudir al 62% de la población que le respaldó en las urnas, para enfrentar la campaña despiadada que le vendrá encima por parte de un empresariado que si bien  genera riquezas, empleos, bienes y servicios para producción nacional, también  es altamente subsidiado por el Estado y avariciosamente tramposo, pues con contadas excepciones una buena parte si no es evasora y la otra mentirosa, al momento pagar impuesto.

Desde el gobierno será necesario corregir deficiencias eliminando desenfrenos de instancias  y actores gubernamentales  que pudieran usarse como pretextos de un empresariado que se apandilla para garantizar sus intereses, sin importarle los índices de pobreza y exclusión al que su insaciable gula somete a buena parte de la nación.

Quienes obtuvieron el apoyo del 62% de la población para gobernar los próximos cuatro años  deben prestar atención a la idoneidad y compromiso de nación de los ciudadanos y ciudadanas que designaran al frente de las Altas Cortes, la Junta Central Electoral y la Cámara de Cuentas, pues aunque deben escuchar y evaluar todas las posibilidades, aquí nadie votó  por el CONEP,  ni por la Sociedad Civil y menos por serviles de gobiernos extranjeros. La gente voto por el PLD y sus aliados y al final de la jornada, lo bueno o malo que resulte el desempeño de los designados, será responsabilidad de los políticos que tomaran la decisión y a nadie más se premiará o castigará por los resultados.


El autor es catedrático universitario y dirigente del PTD

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