Por: Alberto Quezada
Opinión |
Hoy no hay espacio para risa, la celebración, la algarabía y la esperanza que son sentimientos propios de un periodo tan especial como la Navidad y la expectativa del nacimiento de un nuevo año. No. Han sido demasiados los golpes. Uno tras otro.
Parece que este mes de diciembre se ensombrece para el Partido de la Liberación Dominicana con la visita inesperada de dos acontecimientos que han estremecido sus cimientos y esencias.
La partida abrupta del miembro del Comité Político y alcalde del municipio Santo Domingo Este, Juan de los Santos y el asesinato de dos personas y decenas de heridos en diferentes provincias del territorio nacional en la celebración de sus elecciones primarias internas.
Estos dos acontecimientos verdaderamente desgarrantes y vergonzosos para esa organización política fundada por el profesor Juan Bosch, en diciembre del 1973, vienen hacer el eslabón que inicia una larga cadena de entristecimiento en toda su militancia y en parte en la familia dominicana durante todo este mes.
Estas situaciones imponderables para ese colectivo deberán de servir en lo adelante para que ese partido político entre en proceso profundo de reflexión y de recuentro con sí mismo a los fines de conseguir su sosiego, unidad y fortaleza institución que, al parecer, se ha marchado de vacaciones.
El pueblo dominicano en este momento de tantas amenazas y acechanzas globales y locales necesita paz, unidad y concordia, entre sus hijos y en aquellos en quien la Divinidad ha puesto en sus maños la responsabilidad sagrada de conducirlo para redimirlo del infortunio y el oprobio.
Esperamos que los golpes de estos días sirvan para que la familia peledeìsta recapacite y retome el camino indicado por su líder y mentor profesor Juan Emilio Bosch Gaviño, de despojo de ambiciones desmedidas hacia posiciones públicas y cosas materiales.
Y, en cambio, entiendan y abracen sin reservas los postulados de amor a su pueblo y decencia en el accionar político cultivado por ese pensador y maestro político de América que se llamó el profesor Juan Bosch. Eso se espera para 2016.
El autor es periodista y magíster en Derecho y Relaciones Internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada. Alberto 218@gmail.com
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