Opinión |
A pesar de que la prensa europea y las televisoras sensacionalistas juegan en presentar como héroes a los pilotos condenados a 20 años de cárcel por narcotráfico, lo que está detrás de ese hecho es un ataque frontal a la democracia y la soberanía dominicana.
Todo indica que hay sectores de los cuadros de mando franceses que están detrás de esa escapada. La confesa participación de un diputado de la Unión Europea, elegido en la franquicia de un partido político conservador francés, indica a las claras que se está ante una insolencia de tipo internacional.
Franceses que se olvidan de la fraternidad, la igualdad y el derecho común entre los hombres son los responsables de esta ignominia, que más que una cobertura noticiosa para satisfacer horarios de primera audiencia, se puede interpretar como un atentado a la soberanía de un país pequeño, perpetrado por una nación poderosa que tiene su arsenal nuclear.
No se puede hablar de extradición, porque es sabido que los franceses dan protección a sus ciudadanos, y tienen totalmente prohibido extraditarlos a países donde han cometido delitos. Hay franceses inculpados en hechos violadores de los derechos humanos y crímenes de guerra en Africa, donde ejercían el papel de mercenarios, pero nunca el gobierno galo autorizó su extradicion o los enjuició.
En buen lenguaje, se corre la seguridad de que este caso quede en el aire. Los franceses lo van a dar por cerrado, y los dominicanos no gozarán del favor internacional para iniciar demandas, o lograr traer al país a algunos de los acusados. Sin embargo, respaldamos al Procurador General General de la República en sus gestiones para lograr que los dos pilotos franceses cumplan condena en la República Dominicana.
Pero hay otra parte de este hecho que debe ser analizado a fondo. Es la gran fragilidad en el estamento judicial dominicano. No es posible que condenados en primera instancia a la pena de 20 años estén en libertad condicional, sin que se les ponga una vigilancia especial.
El actual Código Procesal Penal da facilidades para ese tipo de prisión, lo que se fracciona es la seguridad y la vigilancia, sobre todo que con una persona acusada de cometer este tipo de delito no es duficiente con que vaya todos los meses a firmar una hoja a un tribunal.
Este caso debe servir para fortalecer a la justicia dominicana. No se deben endurecer penas a todos los presos, porque hay culpables, acusados en trámite de determinar si son inocentes o culpables, y no culpables que por una u otra razón están encarcelados. La fuga de los dos franceses debe servir de meditación, de control, y de eliminar arrugas y puntos oscuros en el devenir de la justicia dominicana.
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