Grupo populares

Por: Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol

Opinión

Los  grupos populares tienen fuerzas para paralizar las actividades de comunidades en diferentes puntos del país, pero carecen del respaldo de masas para ganar candidaturas en las elecciones.

No es que los grupos populares vivan ajenos al devenir político nacional, sino que evitan hacerse una crítica a fondo sobre las razones de que siendo populares para paralizar  diferentes pueblos, no pueden ganar en los comicios, a nivel municipal.

Tendríamos que hacer un análisis político, sicológico más profundo para poder desvertebrar esta realidad. Ningún sector representante de grupos populares ha tenido fuerzas propias para ganar un diputado.

Hay que hacer una revisión sobre los métodos de trabajo de estos grupos, y ver qué es lo que evita que se inserten en el tejido  social.  Para paralizar una comunidad se necesita respaldo, pero para hacer cambios más profundos hay que tener el poder, que puede ser social, provincial o municipal.

Estos grupos populares son la última parte de las izquierdas dominicanas. Divididas, vanguardistas y sin el esfuerzo para ligarse a las masas en el trajinar del día a día. El poder comunitario, ahora disperso, podría ser en años al futuro, una opción de poder.

A estos dirigentes populares les falta fe en su proyecto, esperanzas de trabajar el tiempo que sea necesario para viabilizar su llegada al Gobierno. La unidad es vital para hacer un buen papel electoral, y también el sintonizar con las masas.

A pesar de lo justo de sus demandas, los grupos populares no son unitarios, ni están sintonizados con las grandes masas, en una acción que va más allá de levantar consignas de cambio y de redención.

En el país hay condiciones creadas para que candidatos populares puedan ganar regidurías y diputaciones, pero se carece de los líderes que impulsen esos proyectos, que se desarrollarían fuera de los grandes partidos tradicionales.

Mientras no se unan al deseo del pueblo, y den paso a la unidad, los grupos populares no pasaran de tremendistas quema gomas y huelgueros por 24 horas. El futuro es suyo, si saben trabajar en el presente.