A Pleno Sol
Manuel Hernández Villeta (Opinión) |
El reajuste de los salarios es una necesidad. Mantener los cuadros de
indigencia en el sector que vende su mano de obra o su esfuerzo técnico, puede
llevar a choques sociales y a protestas populares.
Los patronos deben fijar un salario mínimo entre un 15 y un 20 por ciento,
que está muy por debajo de las necesidades reales de la comunidad. También
deben detener la ola de especulación y egotismo.
Los capitalistas ofertan un 8.5 por ciento de aumento salarial, lo cual es
una burla al sector trabajador y a todo el pueblo dominicano. Los guarismas del
Banco Central hablan bien claro sobre los avances y el crecimiento de la
economía nacional.
Sin lugar a dudas hay un crecimiento sostenido de la economía dominicana.
Lo que no se da es una genuina distribución de las riquezas. Si los recursos
solo van a unas pocas manos, entonces la economía tiene un trato desigual.
Muchos pasando hambre y todas las necesidades imaginables, y un puñado
atesorando recursos en los bancos.
Las centrales sindicales están pidiendo un reajuste de un 30 por ciento,
pero no es una suma inflexible, porque ellos están dispuestos a negociar.
Hablan algunos sectores de la convocatoria a un paro nacional de labores, en
demanda de un reajuste salarial.
Podría ser una salida extrema, pero primero habría que ver el poder real de
convocatoria de las centrales sindicales. Es muy poco miedo que van a meter los
sindicalistas por su poco poder de convocatoria. Ahora, unidos a los
choferes y los grupos populares, podrían parar gran parte del país.
No se lucha ahora, en esta etapa, por un aumento general de salarios,
porque la jurisdicción correspondiente, la Dirección General de Salarios, del
Ministerio de Trabajo, únicamente tiene facultad para fijar el salario mínimo
de los trabajadores.
El aumento general se tiene que hacer mediante una ley aprobada por el
Congreso Nacional. En momentos en que la lucha de los congresistas es de apoyo
o rechazo a la reelección, no le van a prestar atención al reajuste de todos
los salarios.
Tiene que haber entendimientos entre los patronos y las centrales
sindicales, y si falta la concertación, de modo unilateral el gobierno debe
fijar la escala del salario mínimo, con una resolución de la Dirección General
de Salarios.
Es un burla que en el país haya salarios de cinco mil pesos
mensuales, cuando el costo de la canasta familiar mínima, de arroz, habichuela
y pica-pica, llega a los 30 mil pesos mensuales. Corazón blando es lo que deben
tener en estos momentos los empresarios.
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