Neo Carmona (Opinión) |
Al observar
en su totalidad la Ley que convertía la importante reserva natural de Loma
Miranda en Parque Nacional para de esta forma preservarla de la depredación
azarosa de la Multinacional Minera Falcando Xtrata Níquel, un autentico anhelo
de todo el pueblo dominicano, el presidente Danilo Medina Sánchez no solo
reafirma su compromiso y complicidad asquerosa con los peores intereses del
pueblo dominicano y sus más genuinos representantes, como la escoria social de
los Vincho por ejemplo, sino además evidencia su debilidad y falta de carácter
para hacer honra a la más importante función de su cargo: defender el pueblo
dominicano y su patrimonio.
Los
argumentos externados por el primer mandatario para justificarse el hecho de
haber sucumbido al chantaje y las presiones de sectores oscuros nos dan una
idea de lo desfasados que están nuestros “lideres” políticos en cuanto a su
apostar siempre a la ignorancia de la ciudadanía.
Esta traición
y actitud cobarde del presidente Medina me hizo recordarle como al profesor
santiaguero Sergio Hernández a quien la extinta y admirada hija benemérita de
Santiago, la educadora Ercilia Pepín, le envió en una bandeja su falda con una
nota de su puño y letra en la que sentenciaba “envíeme en cambio sus
pantalones”. Esto por su actitud cobarde al negarse a poner la bandera a media
asta en señal de duelo por la muerte de los hermanos Perozo, entre ellos
Andrés, profesor de instrucción moral y cívica y de historia de la filosofía
durante varios años en la Escuela Normal de Santiago donde Sergio Hernández era
director y a quien el sátrapa Trujillo no perdonó que exaltara la figura del
patricio Juan pablo Duarte por encima de su vanidad y el culto obligatorio a su
personalidad.
Ercilia, que
para ese entonces, 1932, era la directora de la Escuela México, si había puesto
la Bandera Nacional de la escuela a media asta como parte del movimiento de
protestas silenciosas que generó dicho crimen en todo el país.
Luego del
acto de la profesora Ercilla, el profesor Hernández se retiró avergonzado,
humillado y ridiculizado. Tuvo una crisis neurótica siendo que poco
después, frente a sus discípulos y parte de la comunidad de Santiago, se abrió
con una navaja el abdomen, cercenó sus tripas y fue colocando los trozos
en la misma bandeja donde la profesora Ercilia le había enviado la falda. Esto
hasta que desfalleció ante todos.
Todo esto de
acuerdo a lo que nos cuenta el Dr. Joaquin Balaguer en sus memorias de un
cortesano sobre la era de Trujillo.
No espero
tanto del presidente. Pero que no espere este que Loma Miranda será explotada y
depredada sin revivir primero el más memorable de nuestros abriles.
El autor es
ciudadano Dominicano
1 comentario:
cuantos disparates amigo. Me da mucha pena que la juventud repita como papagayo las mentiras de Balaguer. Sergio Hernández fue un valiente educador que enfrentó a Trujillo junto a Ercilia. Lee, investiga y luego escribe. para que no hagas el mismo ridículo que Balaguer. Firmado: José Mercader.
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