Politica, economía

lunes, julio 14, 2014

¿Para qué matar a nuestros héroes?

Francisco Luciano (Opinión)
Con regularidad distintos personajes de nuestro país, se dedican a resaltar los supuestos pecados de nuestros héroes y mártires, de todos los tiempos,  por encima de sus grandes aportes para preservar a la República Dominicana  como una nación soberana en el concierto de las naciones libres del mundo. Es así como se propagan los supuestos pecados de pro hombres de nuestra historia, sin excluir entre ellos a nuestros padres fundadores.

La última andanada contra un héroe nacional se ha orquestado para denostar la figura más trascendente del siglo XX para la historia de nuestro país,  el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien ha sido atacado sin piedad y acusado de ser un monstruo capaz de hacer  cosas inverosímiles.

Quienes tienen la osadía de inventar situaciones de debilidades contra los  héroes y mártires de la nación, actúan conscientes o no,  en favor de la desintegración de nuestra patria y al servicio de quienes se afanan para borrar la capacidad de nuestros jóvenes presentes y futuros, de soñar y trabajar para construir un mejor país para todos, pues cuando se siembra la idea de que  alguno de nuestros héroes  era un charlatán, borracho, corrupto o abusador, se propaga la insana idea de que la perversidad es la norma y que ninguno de ellos tiene que ser emulado y por lo tanto no es importante, ni patriótico luchar por sus ideales de  eternizar la dignidad del pueblo y la nación dominicana.

Por suerte en el matutino Hoy de fecha 6 de los corrientes, se publicó  el decoroso escrito  de Wellington Ascanio Peterson,   actor de primera línea, quien convivió, comulgó y tuvo diferencias con el coronel Caamaño, ha respondido con hidalguía a los que consideró que  ¨Están equivocados, han perdido el norte político, han inventado ramas para no apreciar el bosque¨, para definir al Coronel de abril como: ¨ un ejemplo y un ideal patriótico a seguir, levantó la bandera de la dignidad nacional y se preparó para continuar la lucha por nuestra definitiva independencia, en ese esfuerzo tesonero entregó su preciosa vida junto a sus entrañables compañeros¨.  Eso y otras cosas no menos importantes contiene su artículo  titulado: “Los héroes de honran”.

El más  grande pensador antillano, José Martí Pérez, dejó  resuelto  ese problema para los  héroes,  cuando trataron de  descalificar  al gran Simón Bolívar por sus reales o supuestos errores,   con la siguiente reflexión: “Estos tres hombres son sagrados: Bolívar de Venezuela; San Martin, del Rio de la Plata e Hidalgo,  de México. Se les deben perdonar sus errores,  porque  el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz”.

Debemos decirle a nuestros jóvenes, niños, niñas y adolescentes que  siempre será motivo de orgullo defender la dignidad de la patria y que es a nuestros padres fundadores de la República y a los héroes y mártires, como Enrique Jiménez Moya, Manolo Tavarez, Tomas Fernández Domínguez  y Francisco Alberto Caamaño Deñó, junto a todos su compañeros de lucha, a quienes debemos esta patria, que aunque con una democracia imperfecta y llena de inequidades, es lo mejor que tenemos y que es nuestro compromiso, continuar trabajando para perfeccionarla, a los fines de realizar en ella nuestros sueños de progreso, bienestar y felicidad.

Levantemos las banderas de nuestros héroes y mártires, porque esa es la bandera que nos identifica como un pueblo indómito y soberano.


El autor es catedrático universitario y dirigente del PTD

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