Politica, economía

miércoles, junio 25, 2014

La memoria de Caamaño, Héroe Nacional, merece respeto

Narciso Isa Conde (Opinión)
Estamos indignados/as por el maltrato dado a nuestro Francis Caamaño por ciertos disidentes de su proyecto expedicionario organizado en Cuba del 1967 al 1973.

 Llamamos a respetar la memoria del Coronel de Abril y Comandante de la Expedición de Playa Caracoles, figura emblemática del movimiento emancipador de nuestra patria.

Insistimos en la necesidad de reconocer el lugar señero que en la reciente historia dominicana y continental conquistó Francisco Alberto Caamaño Deñó, declarado merecidamente héroe nacional por encabezar la Revolución de Abril y la Guerra Patria contra el yanqui invasor en 1965, e inmolarse en la guerrilla de 1973.

Entendemos que no hay derecho –independientemente de cualquier diferencia en la valoración de la Expedición de Caracoles- a sacar a Caamaño del contexto político que provocó ese doloroso revés en febrero de 1973 para verter sobre él y su memoria todo tipo de ataques personales y diatribas.

No hay derecho a  denigrarlo, a denostarlo, a presentarlo como un ser despreciable; obviando las causas profundas de ese revés, reduciendo todo a choques y agresiones personales, exagerando uno que otro gesto criticable o una u otra circunstancia lamentable, interpretando parcialmente las confrontaciones internas, producto posiblemente de irritaciones entre las partes enfrentadas dentro  de un clima cargado de incertidumbre y angustias.

No es ético desconocer el impacto sobre él del exilio forzado y del consiguiente distanciamiento del entorno nacional que lo hizo crecer en 1965;  la gravitación de una nueva experiencia inducida, muy distante de su socialización anterior y de la dinámica que catapultó su liderazgo político-militar; no se debe obviar la difícil convivencia con grupos y personas  muy distintas a las que le tocó tratar en décadas anteriores, el salto al liderazgo merecido con vacíos políticos profundos, el involucramiento en una dinámica revolucionaria poco dominada por él y muy diferente a la gesta de abril; tampoco se debe ignorar el impacto de nuevas cargas emocionales en sus relaciones humanas.

Francis Caamaño no era ni santo ni ángel. Él mismo hizo referencia a los efectos negativos de la “guardiología” que desde muy joven le tocó ejercer.

Pero el Caamaño del 65 y el que el camarada Narciso Isa Conde describe en su libro REVELACIONES a raíz de sus conversaciones con él en 1968 y 1971, no era un déspota, ni un borrachín, ni un desalmado, ni un disoluto, ni un ser amante de privilegios y evasor de los sacrificios necesarios, como perversamente quieren presentarlo sus nuevos detractores.

Su valor y su entrega quedaron reafirmados en Nizaíto. De eso no hay dudas: incluso  pagó su intrepidez con su propia vida. Amén de su probado heroísmo, su talento y decoro desplegados antes y durante la Guerra Patria.

El coronel que abrazó la Constitución de 1963 y que presidió el GOBIERNO DE LOS COMANDOS- el más democrático de la historia republicana- merece ser evaluado con otros parámetros y desde otra ética, sobre todo cuando poco antes de concluir su vida, en carta remitida a sus hijo/as, proclamó su admiración por el Che y asumió los ideales socialistas.

Al parecer, quienes hace tiempo dejaron de ser de izquierda, repleto de auto-culpas y resentimientos, desconociendo esa realidad incontrovertible,  han asumido ahora la misión imposible de ensuciar ese ícono de nuestras recientes epopeyas; precisamente cuando el libro REVELACIONES ha reivindicado (desde la diferencia planteada con altura al examinar cuestiones relacionadas con la Expedición de Caracoles) el inmenso valor histórico del Coronel de Abril-

Ese libro, por demás, explica con apego a la verdad -y sin difamar a nadie-  las razones que motivaron que el  Partido Comunista Dominicano-PCD, encabezado por el camarada Narciso Isa Conde, empeñado entonces como fuerza revolucionaria en corregir el rumbo de ese proyecto foquista, no pudiera llegar a acuerdos  determinantes con el coronel Caamaño. Quienes destempladamente vuelven a reiterar la vieja cizaña calumniosa deberían leerlo con calma antes de declarar sandeces.

Los próceres, los héroes y las heroínas no son de puro cristal, sino seres de carne y hueso. Ellos/as son personas con virtudes y defectos, con méritos y déficits, aciertos y errores, con características y reacciones objetables pero capaces también de gestos valiosos y trascendentes; en un constante despliegue contradictorio en el que siempre priman, por encima de sus carencias, sus compromisos con  las grandes causas emancipadoras. Nuestro Francis Caamaño no es una excepción y así debemos honrarlo como líder de la gesta más importante del siglo XX.

Una mezcla de pena e indignación provocan los desproporcionados y repulsivos ataques personales vertidos recientemente contra el CORONEL CAMAÑO por esos disidentes del denominado grupo estratégico que él encabezó con el seudónimo de Comandante Román. La pérfida mano de la derecha, empeñada siempre en destruir los símbolos de la liberación, es inocultable en esta perversa operación mediática.


 Por la COORDINACIÓN CENTRAL: Narciso Isa Conde, Félix Tejeda y Rafael Feliz

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