Ismael Batista (Opinión) |
Patria es un término que
denota el lugar donde el individuo nace, crece y alcanza la adultez. O, puede
ser también, una comarca, región o país donde el sujeto ha vivido gran
parte del desarrollo de su vida de adolescente o de adulto. El concepto
patria está íntimamente vinculado a los hábitos, a las costumbres creadas en el
quehacer donde el ser se desenvuelve cotidianamente. En realidad, es un
ente que actúa biosicosocialmente. Es una historia que
entreteje el pasado, el presente y el futuro. Es una expresión
cultural con variadas formas de manifestaciones en el arte, la pintura,
la música, la arquitectura, el diseño, y la aeronáutica, entre otras.
Los pueblos que no preservan,
cultivan y practican sus culturas de ancestro están llamados a perder su
identidad de etnia, pueblo o nación con la evolución del tiempo, pues,
pueden ser fácilmente penetrados por culturas extrañas y desaparecer
como nación. Y más aun, en estos tiempos, que foráneas culturas amenazan.
Nuestra cultura hereda de la
española la religión y el idioma; también heredamos una amplia amalgama
arquitectónica a través de las cuales la ciudad de Santo Domingo fue
declarada por el Bureau Internacional de Capitales: Capital
Americana de la Cultura 2010. Pero, ¿Por qué se declara Santo Domingo
Capital de la Cultura Americana 2010? Porque la capital dominicana posee un
acerbo cultural arquitectónico con rasgos y diseño de construcción único en
América, que datan de los finales del año 1510. Me refiero al Alcázar de Colon,
la Catedral Primada de América, la Fortaleza Ozama, el Malecón de Santo Domingo
y otras más.
No menos importante es, la
herencia cultural de ancestro que tiene su esencia en el aborigen de La
Española: el arte culinario del cazabe, la hamaca; también se dice que nuestros
indios jugaban un juego de pelota (Baseball). Todo este amasijo cultural esbozado
brevemente es parte integral de lo que hemos sido desde tiempo remoto hasta el
día de hoy. Es acumulación variada de conocimientos, hábitos y
costumbres con un sello singular de originalidad que nos
identifica internacionalmente ante América y el mundo como nación o
pueblo.
La herencia cultural
dominicana es diversa por su heterogeneidad, pero el objeto de esta exposición
es referente a la expresión de la cultura arquitectónica de las ciudades,
especialmente de Barahona, pequeña patria de los barahoneros, donde las
autoridades municipales destruyen los parques, principalmente el Parque
Central.
Para que se aprecie el
motivo de mi preocupación, es bueno una panorámica del comportamiento étnico de
los habitantes de la República Dominicana, que es la gran patria,
de los dominicanos, en la cual también existen pequeñas patrias. Para los
cibaeño, la región del Cibao es una patria. Otro ejemplo relevante es
Santiago de los Caballeros, ciudad que es una patria para sus habitantes.
Imagínense, que autoridades de
la alcaldía de esa localidad de Santiago, se le ocurra destruir el monumento a
los Héroes de la Restauración, para en su lugar construir algo nuevo. Si fuese
así, estarían cometiendo un crimen de lesa patria; con la destrucción de tal
arquitectura histórica, se estaría borrando para las futuras
generaciones, parte importantes de la historia cultural de una época de
Santiago de los Caballeros.
Fue lo que hicieron las
autoridades de la alcaldía de Barahona: destruir o permitir la destrucción del
Parque Central, del llamado Parquecito de la Universidad; en la construcción de
Litoral María Montéz y la reconstrucción del malecón, fueron cortados
árboles de caobas y robles, en cambio, sembraron una variedad rara de
palmas que no compensan el daño ecológico causado por la eliminación de los
centenarios árboles.
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