A Pleno Sol
Manuel Hernández Villeta (Opinión) |
Crear nuevas
provincias en la República Dominicana no es más que una torpeza. Son acciones
de legisladores irresponsables, que sólo buscan ampliar sus perspectivas
políticas, al tenerse que escoger más representantes en las nuevas
demarcaciones.
Siempre ha
sido como pagar un favor político, cuando un legislador somete un proyecto de
ley para convertir una cabecera de comuna, o un batey, en Distrito Municipal.
Por decenas de años se soportaron estas iniquidades.
Pero al fin
y al cabo un distrito municipal carece de importancia, y solo sirve para
satisfacer el ego de sus moradores. Ahora, otra cosa es cuando se habla de
provincias.
El histórico
Distrito Nacional se dividió en casi una docena de pedazos, como si fuera una
misión de los legisladores para ofrecer una carta en blanco donde había
simpatizantes con posibilidades de ganar.
En vez de
solucionar los problemas logísticos del Gran Santo Domingo, de la Gran Capital
dominicana, la división los ahondó, y una mejor prueba es el lío con el
vertedero de basura.
Nada se gana
en la República Dominicana, donde no hay gobiernos autónomos o regionales, con
tener tantas provincias, que tienen autoridades parasitarias, esperando el
cheque de cada mes, y recibiendo órdenes desde la capital.
El esfuerzo
del desarrollo nacional no va a depender de la creación de una nueva provincia,
que carece de ordenamiento legal, de facilidades para abrir nuevas
posibilidades de empleo, sin autoridades, sin policía y prácticamente sin nada,
salvo los deseos escondidos de los legisladores que plantean más divisiones.
Todos los
sectores nacionales lo que deben es tratar de llegar a un consenso que haga
favorable que se pueda ejecutar una política de consenso, para mejorar las
condiciones generales de vida de la población.
Las fallas
institucionales que hoy se dan, no es por falta de provincias, sino por el
desorden administrativo, la corrupción, la carencia de visión, el clientelismo
político y las irresponsabilidades.
Estas
diabluras no se van a eliminar, sino que se reproducirán con nuevas
provincias, y otras cartas burocráticas a cargar. Que no se lleve a cabo
la creación de más provincias, municipios y distritos municipales; es incurrir
en gastos innecesarios.
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