A Pleno Sol
Manuel Hernádez Villeta (Opinión) |
Los haitianos
en la República Dominicana no reciben un trato discriminatorio. A los haitianos
se les reconoce su derecho al trabajo, y está bajo discusión su estatus legal
de emigrantes.
Si, al
presidente Danilo Medina le tocó enfrentar en Cuba un bloque de opinión y
presión bastante poderoso, donde se levantó la idea de que los dominicanos son
propulsores de la discriminación por el color de la piel.
Danilo dio
una respuesta contundente a los países pequeños y a los grandes, que buscaban
inclinar la balanza a favor de Haití. De refilón también se tocó a
instituciones internacionales con prédica intevencionista a favor de Haití,
como la Organización de Estados Americanos, y las Naciones Unidas.
El
presidente Medina habló claro y preciso. Le correspondía fijar posiciones, como
él lo dijo, para las naciones grandes y las pequeñas, y decirles claro que la
República Dominicana es un territorio libre e independiente.
El mensaje
del Presidente Danilo, siguiendo los lineamientos diplomáticos de no señalarlos
por su nombre, era una clara respuesta a pronunciamientos del presidente
de Venezuela, Nicolás Maduro, y a Raúl Castro, el nuevo hombre fuerte de Cuba.
Los
dominicanos tienen que mantener una política de buen vecino con Haití, pero
ello no quiere decir que permitan intromisiones en los asuntos internos, ni que
sobre los hombros de la maltrecha economía nacional, se cargue el cadáver de
los haitianos.
Las grandes
potencias, con los Estados Unidos, Francia e Inglaterra, son las
principales responsables de la devastación que sufre Haití. Fueron esas otroras
naciones colonialistas las que saquearon toda la riqueza haitiana y la dejaron
en lo que es hoy, una nación sin futuro.
El destino
dominicano no es el haitiano. Cada cual por su lado. Ahora el problema de los
emigrantes que hay en territorio dominicano tiene que ser sometido a
negociación de gobierno a gobierno. Pero también la política económica y
comercial entre los dos países tiene que ser en base a la concertación y un
diálogo profundo.
Pero ahora
mismo, hay que felicitar al presidente Danilo Medina por la forma clara,
precisa, valerosa, como fijó el principio de política exterior y defensa de la
soberanía nacional, en la recién celebrada Cumbre de La Habana, Cuba.
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