Politica, economía

lunes, noviembre 11, 2013

Silentes y amorfos



Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno sol

Manuel Hernádez Villeta (Oponión)
SANTO DOMINGO.- Los partidos políticos conforman  una parte minúscula de la población. Pueden tener en su accionar el sentir de las grandes masas y la totalidad de la población, pero de hecho no la representan. La parte fundamental de la población adulta, con derecho a voz y voto, es una masa silente y amorfa.

Se calla y no tiene forma, y el accionar político-partidista para ella tiene lugar cada cuatro años. Los partidos políticos constituyen un núcleo que puede dirigir esa masa, pero nunca llega a tener en su seno la mayor parte de la población.

La misma votación es un hecho circunstancial. Las masas van a cumplir con su deber ciudadano de votar, y luego siguen su camino. Los partidos políticos modernos deben tener bien en claro que su militancia, en términos poblacionales, siempre será discreta.

Lo que tiene que tener un partido político es un lenguaje claro, que sintonice con grupos poblacionales determinados, y sobre todo un líder, un dirigente, que sea la cara institucional.

En política de masas el dirigente es básico. El culto a la personalidad, bueno o malo, es lo que catapulta a los votantes a irse por un nombre, por una cara, por una figura de televisión, sin tomar muchas veces en cuenta el mensaje que trata de vender.

Ni siquiera en las revoluciones armadas, el núcleo dirigente tiene en su seno la totalidad de la población. La idea que levanta atraer masas y soldados,  es un núcleo central el que la lleva  a cabo desde la dirección del movimiento.

En Estados Unidos los candidatos no llegan a la presidencia o al Senado por sus ideas y sus propuestas, más bien los catapulta que sean potables a la televisión, que tengan buenos asesores de moda, que sepan cuando sonreír o poner una cara seria, y ante todo, que la corbata vaya de acuerdo con el color del pañuelo.

En República Dominicana los partidos políticos se tienen que ir adecuando a esa realidad. Son terremotos electorales, que mueven para que se vote un día, pero luego llega el letargo, y cada cual a su rutina diaria.

Además, hoy más que nunca los partidos tienen que ser frentes de masas, porque no tienen los mismos intereses los empresarios, que los chiriperos; los obreros y los pequeños comerciantes informales.

La política dejo de ser un libro bajo el brazo, para convertirse en un espectáculo de los nuevos medios visuales ycibernéticos. Para llegar al poder, hay que saber utilizar estos nuevos instrumentos y tener un buen consultor de imagen. Lo demás, producto de saber decir lo que quiere escuchar la mayoría silente y amorfa.

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