Una Sentencia alexionadora y en defensa de la nacionalidad dominicana.

Elvi Paredes (Opinión)
Desde el mismo momento en que nacimos como nación, el 27 de Febrero de 1844, lo hicimos bajo la amenaza de los invasores haitianos, que luego de 22 años de asesinatos, violaciones de nuestras mujeres y niñas, cierre de nuestra universidad y escuelas; así como de la quema de iglesias llenas de hombres, mujeres y niños, y sus cabezas colgadas  en los caminos, ha sabido resistir estoicamente, los incesantes intentos de una raza de malagradecidos, que sin pensar en la mano que le da de comer, sólo esperan el más mínimo descuido, para apuñalarlo por la espalda, tal y como lo hacen los cobardes y traidores.

Así nació la República Dominicana, -y que no se olvide jamás-, nos independizamos de los invasores haitianos, no de nadie más.

La recién pronunciada sentencia fallada por el Órgano del Estado Dominicano, que se ha puesto las botas y el coraje, de asumir la dignidad y la defensa de la nacionalidad dominicana, debe ser defendida a sangre y fuego, por todos los dominicanos y dominicanas.

Este órgano del Estado Dominicano, ha encarnado la dignidad que otros no han sabido asumir.

La responsabilidad de poner cada cosa en su lugar, pero ante todo, anteponiendo los sagrados intereses de la patria dominicana, merece el respaldo de todos y cada uno de los dominicanos que estamos dispuestos a ofrendar nuestras vidas, por la dominicanidad, por la preservación de nuestro territorio, -ya menguado por el robo de territorios, por parte de los malagradecidos haitianos-, pero también, por la indiferencia de autoridades que solo piensan en sus intereses particulares y económicos.

La Sentencia 0168/13, emitida por el Tribunal Constitucional, pone en su justo lugar a los representantes de los intereses de las grandes potencias, que sirven de vocingleros pagados, a la causa anti dominicana.
Ningún país y Estado del mundo, puede permitir que el derecho soberano de decidir quién puede visitar o quedarse residiendo en su territorio, ´´es un derecho absoluto y soberano de los Estados´´. 

Desde su nacimiento, la nación dominicana,  ha tenido que defender su identidad nacional, y para ello, y desde un principio,  ha legislado, para impedir que el invasor haitiano, con ínfulas de gran imperio, pudiera intentar en el futuro, una nueva agresión contra nuestro territorio.

Es por esto, que constantemente,  su constitución y las reformas que se le han introducido a las mismas, siempre han tenido presente, la mejor manera de evitar que los agresores y malagradecidos haitianos, -que junto a la camarilla de traidores que siempre han existido a través de la historia- puedan alguna vez, cumplir sus amenazas de exterminarnos como Estado.

Pero, la Sentencia 0168/13, emitida por los Honorables Magistrados del Tribunal Constitucional, ha dejado en la desnudez moral, a todos aquellos que de una u otra forma defienden los intereses  de EU, Gran Bretaña, Canadá y Francia.

Esos sectores, que son alimentados y financiados por los intereses extranjeros, a los cuales responden como sus subordinados y asalariados, han salido a las calles y a los medios de comunicación, amenazando, denunciando y reclamando una nacionalidad dominicana para unos extranjeros que ya tienen su nacionalidad: La haitiana.

Pero esos sectores financiados por esas potencias, jamás han realizado una protesta, una manifestación de reclamo, para exigir que sus amos, cumplan con sus promesas de ayudar a los haitianos a lograr su desarrollo, en su propio territorio.

Esas potencias, representantes de una comunidad internacional irresponsable, que sólo desea resolver el problema haitiano sobre las espalda de los dominicanos, y sobre la desaparición del pueblo dominicano como nación, deben tener presente, pero muy presente, que independientemente de los traidores que se anidan detrás de falsas excusas o pretextos de la defensa de los derechos humanos, existimos millones de hombres, mujeres y niños DOMINICANOS, dispuestos a ofrendar nuestras vidas, por la preservación de  la nación dominicana.

UNA POSICION INDIGNA DEL GOBIERNO DOMINICANO.

Si bien es criticable y condenable, la posición asumida por los traidores representantes de ONG, mucho peor es la posición o No posición, o más bien INDIFERENCIA, en que se ha comportado el Gobierno Dominicano.

Es extremadamente lamentable, penoso y vergonzoso, el comportamiento que ha asumido el Gobierno Dominicano, frente a las constantes agresiones de que hemos sido objeto por parte de los malagradecidos haitianos.

A pesar de alimentar, educar y ofrecer servicios de salud, a miles de haitianos; de ofrecerles la oportunidad de ganarse la vida, NO LO AGRADECEN.

A pesar de que están enfermando y arrabalizando a nuestro pueblo, contagiándonos con enfermedades que ya la República Dominicana había superado como sociedad, NO LO AGRADECEN.

A Pesar de los más de mil 500 millones de dólares que cada año envían como remesas a su territorio, los haitianos, NO LO AGRADECEN.

A pesar de los miles de millones de pesos en medicamentos utilizados para salvar la vida de los haitianos afectados por el terremoto en enero del 2010, NO LO AGRADECEN.

A pesar, de que el Gobierno Dominicano se despojó –sin poder-, de más de un millón de raciones de comida diariamente, durante casi un año, desde el primer día del terremoto, NO LO AGRADECEN.

Y a pesar de todo esto, y de la posición reiteradamente malagradecida de los haitianos, y luego de la prohibición de la entrada de pollos, huevos, salamis, productos plásticos, y otras, medidas todas anunciadas de manera unilateral, el Gobierno Dominicano, no ha dicho, no ha hecho, ABSOLUTAMENTE NADA.

A pesar de todo esto, los haitianos sustituyen a los productos nacionales, para negociar con Brasil, cuando esta nación suramericana, deporta a cada uno de los haitianos que ingresan ilegalmente a su territorio. Y ante esto, los haitianos no dicen nada.   

Ante todo esto, el Gobierno Dominicano reitera una posición vergonzosa e indigna, frente al pueblo dominicano.

Es por ello, que como DOMINICANO, como PELEDEISTA, pido, exijo y reclamo, de los representantes de nuestro Estado, pero en especial del presidente Danilo Medina, un  pronunciamiento  digno, y que ponga en su lugar a todos aquellos que pretenden mancillar la nacionalidad dominicana.

LA NACIONALIDAD DOMINICANA NO SE VENDE, NO SE REGALA NI SE NEGOCIA.


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