Politica, economía

miércoles, octubre 30, 2013

Divisiones políticas

Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol

Manuel Hernández Villeta (Opinión)
Es una actividad a destiempo, lanzar en estos momentos precandidaturas en el Partido de la Liberación Dominicana. La mejor  imagen que puede buscar el PLD es que logre hacer un buen gobierno, y aumentar por esa vía sus dosis de popularidad.

Las precandidaturas no aportan nada. Falta mucho para el período de votaciones, y para ganar o perder, se tiene que tomar en cuenta la coyuntura que se de un año antes de las elecciones.

Ahora, en el PLD, solo hay dos figuras con fuerzas para ser candidatos, o imponer, por el dedo o la negociación, a un seguidor. Leonel Fernández y Danilo Medina constituyen la fuerza mayoritaria peledeista.

Lo que tiene que evitar el PLD son los enfrentamientos entre Danilo y Leonel. Un distanciamiento con miras a las elecciones entre estos dos dirigentes, llevaría al PLD al fracaso comicial.

El candidato del PLD tiene que ser consensuado entre Leonel y Danilo, y por ello poco importa las precandidaturas que se están lanzando ahora mismo al ruedo político.

Si va, Leonel Fernández no tiene contendor a la vista. El único sería el mismo presidente Danilo, que tendría para ello que abrir brechas constitucionales a la reelección.

Todavía así, un enfrentamiento entre estas dos figuras sería destructor para el PLD. La cirugía social a la que se tiene que someter el PLD para el 16, indica que por todos los medios se tiene que evitar la división.

Aunque las precandidaturas de figuras de segundo turno no serán de fuerzas en la toma de decisiones, sirve para motorizar a un partido que se pueda anquilosar desde el perfume palaciego, y al mismo tiempo medir las fuerzas de liderazgos intermedios.

La lucha más desgarradora se presenta en los partidos políticos ante la ambición de un sector de ser el que gane el poder. El líder por todos los medios debe  evitar llegar a ese instante, por lo que debe llevar en las manos la bandera del diálogo y la concertación.

Además, los partidos políticos son frentes de masas, por lo tanto hay las cuotas de poder, que tienen que ser distribuidas entre figuras emergentes para mantener la equidad. Nadie en un partido se puede atribuir todo el poder, salvo correr el riesgo de erosionar la unidad.

Un cirujano político puede llevar al PLD sin fraccionamientos en la próxima travesía electoral. Un movimiento en falso, lo sacaría del poder, en medio de rabiosas divisiones que son aniquilantes de la vida política.

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