Por: Elvi Paredes
Elvi Paredes |
La construcción de miles de
aulas, anunciadas por el presidente Danilo Medina, es una decisión correcta,
enfrentando de manera frontal, el gran déficit que históricamente ha afectado a
la educación dominicana.
Sin embargo, la sola construcción
de aulas, no es suficiente para definir la necesidad de reformar la educación
dominicana, de llevarla de una educación pasiva, como la que tenemos
actualmente, a una educación para el trabajo, una educación proactiva, que
ofrezca a nuestros jóvenes, las herramientas necesarias para enfrentar los
retos que requiere superar la República Dominicana, que le permita dar el gran
salto hacia el desarrollo.
Es por ello, que el Estado
Dominicano debe reorientar la construcción de aulas, hacia la construcción de
una nueva escuela.
Una nueva escuela que garantice,
la aplicación, no solo de las 8 horas de docencia anunciadas por el presidente
Medina.
La República Dominicana necesita,
un Nuevo Modelo de Gestión Educativa, que garantice la formación integral de
nuestra juventud, con los espacios para talleres, bibliotecas, laboratorios,
salas de informática, piscinas, campos deportivos para practicar futbol,
béisbol, softball, básquetbol, volibol,
atletismo, gimnasia y valet.
Pero, también una nueva escuela
necesita espacios para talleres de ebanistería, electricidad, herrería,
plomearía, tapicería, cocina, mecánica automotriz, desabolladura y pintura,
confecciones, diseño gráfico computarizado, entre otras actividades técnicas.
Pero además, ese Nuevo Modelo de Gestión
Educativa, debe tener los espacios para que nuestros niños, niñas, adolescentes
y jóvenes, puedan recibir formación teatral y musical.
Nuestro estudiantes también
necesitan dominar los idiomas inglés, francés, portugués y mandarín, pero no
solo conocer algunas palabras, es que nuestros estudiantes, conozcan la gramática
y dominen la pronunciación de esas lenguas.
Es que nuestros estudiantes
concluyan sus estudios secundarios, en capacidad de insertarse al trabajo en hoteles y
restaurantes, en el servicio turístico, como guías, así como en museos.
O sea, que el mercado laboral de
nuestros jóvenes se haga cada vez más amplio, y por ende, que los niveles de
desempleo de este importante y estratégico sector de nuestra sociedad, se
reduzca a niveles insignificantes.
Esos son algunos de los elementos
que debe tener la nueva escuela dominicana. Una nueva escuela, que prepare a
nuestra juventud, para el trabajo, para insertarse al mercado laboral, que prepare
científicos, jóvenes críticos de su entorno social, y ante todo, proactivos.
Es por ello que la República
Dominicana, no solo necesita la construcción de ``aulas``, ese solo concepto no
basta para llenar el vacío de falta de espacios para que nuestros niños, niñas
y adolescentes, acudan a la escuela.
Pero además, donde quedan las
necesarias áreas verdes, para el esparcimiento y la relación que deben tener
nuestros estudiantes con la naturaleza?
El Estado Dominicano, también
debe garantizar la asistencia de nuestros estudiantes a la escuela, con la
creación de Supervisores que fiscalicen de manera continua, la asistencia, y el
por qué falta un estudiante, con un sistema de sanciones, no solo para el alumno,
sino también para el tutor.
Es por ello, que la nueva
escuela, y el Nuevo Modelo de Gestión Educativa, también necesita un nuevo
maestro, con una nueva visión de su labor, con una nueva visión de los retos
que requiere el desarrollo del país.
Pero para lograr todo esto,
necesitamos la colaboración y el compromiso de la Asociación Dominicana de
Profesores.
Un compromiso por la educación, y
por el futuro y el desarrollo de la República Dominicana.
Un compromiso que deje atrás, las
huelgas, los paros, las interrupciones de docencia, con todo tipo de excusas.
Dejar atrás la acostumbrada mala práctica de enviar a nuestros estudiantes a sus casas, apenas dos o tres horas, luego
de haber llegado a la escuela.
Una nueva escuela,también le
ofrecería a los padres, madres y tutores, un ahorro importante en el pago de colegios,
situación a la que se ha llevado a la clase media, debido, -ante todo-, a la
mala calidad y a las constantes paralizaciones que ocurren en nuestras
escuelas.
La República Dominicana necesita
sus niños, niñas y adolescentes, en sus escuelas, formándose para hacer de
nuestra nación, un mejor país, para el orgullo de nuestros héroes fundadores,
encabezados por nuestro patricio, Juan Pablo Duarte.
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