Politica, economía

martes, febrero 18, 2014

Terrible desempleo



A Pleno Sol

Manuel Hernández Villeta (Opinión)
El desempleo es uno de los graves problemas que tiene la sociedad dominicana. A mano no se encuentra una solución que sea maravillosa. Por el contrario, se ahonda más esa brecha de los que buscan trabajo y no encuentran.

Las puertas están cerradas para los que desean el primer empleo.  Cuando una persona sale de los medios de producción tiene totalmente el camino cerrado para otro empleo. La mujer, a los 35 años, no consigue trabajo, ya los hombres después de los 40, se pueden quedar en casa.

Sin embargo, hay niveles de subsistencia  con el chiripeo, mientras que el llamado pluri-empleo va desapareciendo, porque es díficil asegurar uno, y ya no se hable de tener dos a la vez.

Los patronos están ahora pensando en modificaciones del Código de Trabajo cuando primero deberían pensar en que haya más fuentes ocupacionales. El capital debe estar listo a abrirse, sobre todo cuando el Estado tiene sus cupos llenos.

Las universidades siguen graduando a profesionales, en todas las disciplinas, que no encuentran trabajo. Hay médicos, ingenieros, economistas que tienen que trabajar en tiendas de abarrote, o salir en un carro de taxi.

El empleo informal florece, y la gente se va  acostumbrando a no tener horario, a no tener responsabilidades, a no tener seguro de salud, a solo buscar la comida.

El gobierno lleva a cabo un buen programa de prestar ayuda a las capas pobres y medias para que puedan poner su negocio. El sector privado se debe involucrar en también crear su cartera de préstamos con bajos requisitos para prestar a los pequeños inversionistas.

El mercado informal está saturado, por lo que allí no va a conseguir un medio de subsistencia todo el que se encuentra sin un trabajo formal. La competencia es feroz, y hasta poder conseguir un punto comercial es dificil.

Tiene que ampliarse la política de Estado de ayuda a los desempleados, con el apoyo del sector privado. Es la mejor forma de evitar mayores grados de marginalidad, de hambre y de miseria.

Asimismo, con una política ocupacional, se  ataja la delincuencia en cualquiera de sus manifestaciones. Es la mejor forma de buscar derrotar a la criminalidad callejera.

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